El limbo, preferible a México

AutorMathieu Tourliere

SAN DIEGO, CALIFORNIA.- Desde el pasado 22 de septiembre, el horizonte se oscureció para los migrantes haitianos que ponen un pie en el cruce fronterizo de San Ysidro: a la mayoría los esperan meses de detención, y si el gobierno estadunidense no cambia su política, el regreso al país que dejaron atrás hace años.

En el barrio residencial de Normal Heights, ubicado en las alturas de San Diego, una cuarentena de haitianos -quienes salieron recientemente de detención- descansan en el albergue de la Iglesia Metodista Unida, ubicada en el cruce de las avenidas Meade y 33. Tres niños juegan afuera. Los miran los adultos, algunos de los cuales tienen en el tobillo brazaletes GPS. Con ellos, las autoridades de Estados Unidos los tienen constantemente ubicados.

Poco antes de iniciar una misa en creóle, el pastor haitiano Jean-Elisé Durandisse, que oficia en la iglesia desde hace ocho años, explica a Proceso que los migrantes "no saben qué pasará más tarde". "Esperemos que todo salga bien, pero en realidad no sabemos", dice, y lamenta: "Hay mujeres cuyos esposos siguen detenidos, están en un limbo. (...) Es buena gente, sólo busca oportunidades para sobrevivir".

Miles de haitianos abandonaron Brasil y recorrieron miles de kilómetros a pie, en autobús y a veces en avión, para alcanzar la frontera de Tijuana con San Diego. Su viaje fue cansado, peligroso y costoso. "Se siguieron uno al otro para estar seguros de llegar a salvo; en el camino algunos mueren porque es un camino largo, hay muchas mujeres, embarazadas, niños, fue difícil", explica.

Antes del 22 de septiembre, los haitianos que llegaban a Tijuana cruzaban la garita y, después de una entrevista con un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), salían libres, con un oficio que les permitía permanecer y conseguir un trabajo en el país durante tres años.

La razón: Desde que un terremoto de magnitud 7 azotó Haití en enero de 2010, el gobierno de Estados Unidos se rehusaba a deportar los haitianos a su país. A los que ingresaban por San Ysidro tampoco los podía retornar a México, por no ser su país de origen. No tenía otra opción que dejarlos entrar.

Pero ese 22 de septiembre, en una comparecencia ante el Congreso estadunidense, Sarah Saldaña, directora de la Oficina de Investigación Migratoria y Aduanera (ICE, por sus siglas en inglés), advirtió que 40 mil haitianos se encontraban "en camino" rumbo a California, y calificó de "situación de emergencia"...

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