Línea 10

Grave, muy grave, que el Presidente convierta su conferencia mañanera en el patíbulo de los jueces que dictan fallos que no son de su agrado, como ocurrió esta semana.

El lunes, Andrés Manuel López Obrador amenazó con acusar al juez Patricio Vargas ante el presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, por una decisión que no le gustó sobre el ex jefe policiaco Carlos Gómez Arrieta, sospechoso de tortura en el caso Ayotzinapa.

Y el martes, cuando Vargas dictó una nueva resolución que sí le gustó, el jefe del Ejecutivo se congratuló por la "actitud receptiva y de colaboración" del Poder Judicial.

Lo cierto es que la actuación de Vargas fue apegada a derecho y prácticamente de rutina tanto al conceder a Gómez una suspensión provisional, como al negarle la definitiva.

A como están las cosas, lo que menos necesita el Poder Judicial es que el Presidente dé la apariencia de que les truena los dedos a...

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