Línea 10

No cabe duda de que las conferencias mañaneras en Palacio Nacional tienen algo de show de circo con números de contorsionismo y malabares.

Cuando un periodista serio hace una pregunta incómoda sobre un tema importante, Andrés Manuel López Obrador hace un quiebre de cadera para evadir la interrogante y luego un malabarismo verbal para cambiar radicalmente de tema.

Ante la pregunta que le hicieron ayer sobre la responsabilidad del Gobierno para vacunar a los médicos de hospitales privados, el Presidente pegó dos marometas discursivas y acabó hablando sobre la corrupción de ex gobernadores.

En los circos, todos tienen claro que tienen que innovar en los actos que componen el show después de una temporada en escena para que el público no se aburra.

SIn embargo, en las mañaneras que ya llevan más de dos años de funciones ininterrumpidas, López Obrador parece estar muuuy a gusto usando los mismos trucos para evadir los asuntos críticos mientras se deja querer por quienes sólo acuden para aplaudirle.

Preocupados andan los empleados de la varias líneas aéreas que tienen...

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