Línea letal

AutorDenise Dresser

Porque siempre está presente la tentación de usar la obra pública para legitimar, para arrancar aplausos políticos sacrificando la calidad o la seguridad ante la prisa de inaugurar, como fue el caso de Marcelo Ebrard con la Línea 12. Siempre está la tentación de construir por vanidad u obsesión personal y no necesariamente por utilidad social, como fue el caso de Felipe Calderón con la Estela de Luz o AMLO con Dos Bocas. La política por encima del rigor técnico. La opacidad por encima de la transparencia. La cuatitud en las adjudicaciones en vez de la competencia en las licitaciones. La voracidad empresarial evidenciada en el imperativo de reducir costos y maximizar ganancias, con la anuencia del gobierno. El aumento en los costos originales que después entrañan subsidios permanentes porque han dejado de ser proyectos rentables. El desvío de recursos, los recortes presupuestales, los oídos y los ojos cerrados ante los reclamos ciudadanos. La impunidad transexenal, ya que -luego de colapsos y socavones y muertes- nadie es responsable, y ahí está Gerardo Ruiz Esparza para demostrarlo.

La Línea Dorada es un microcosmos de todo lo que podía ser mal y está mal, antes y ahora. Una obra con problemas desde que fue concebida, diseñada, alterada, inaugurada, luego cerrada y reabierta sin que lo señalado fuera arreglado. Un "incidente" -como lo llama Claudia Sheinbaum- terrible pero totalmente prevenible, dado que las alertas fueron ignoradas, los focos rojos fueron apagados, las recomendaciones acabaron archivadas. Como lo ha detallado el periodismo independiente, la historia de la Línea 12 es una de autoridades ausentes, autoridades irresponsables, autoridades cómplices. Desde antes de su inauguración, el director del Sistema de Transporte Colectivo, así como otros funcionarios, habían advertido sobre posibles fallas en las vías, bamboleos en los trenes y soldaduras, movimiento diferenciado entre los rieles, desgaste ondulatorio. A pesar de ello se inauguró, pero con parches y eludiendo las intervenciones mayores requeridas. El sismo de 2017 sólo agravó lo que desde el principio estuvo mal planeado, mal diseñado, mal construido.

En 2014, cuando la obra se clausuró temporalmente, investigadores de México Evalúa publicaron un estudio premonitorio, titulado La Línea 12: una tragedia anunciada. Siete años antes de que murieran 24 personas que no debieron morir, ya había voces alzadas que las autoridades no quisieron escuchar. Señalaban que ni el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR