Lluvia de amparos contra los abusos del gobierno capitalino

AutorArturo Rodríguez García

La obstinación del Gobierno del Distrito Federal (GDF) por mantener presos a manifestantes sigue haciendo crisis. Sin entrar al fondo de las irregularidades procesales, dos amparos evidenciaron que, desde el auto de formal prisión, la autoridad violó las garantías constitucionales de los detenidos y no aceptó las pruebas con que los inculpados intentaban demostrar su inocencia.

En entrevista, defensores, familiares y amigos que han integrado comités de apoyo para los prisioneros, consideran que el amparo es apenas una esperanza. Dicen estar convencidos de que el gobierno de Miguel Ángel Mancera ha convertido a los procesados en "referentes de la crimina-lización de la protesta social", es decir, en "presos políticos y de conciencia".

El pasado 7 de marzo, Luz María Ortega Tlapa, titular del Juzgado Octavo de Amparo en Materia Penal, resolvió que fue inconstitucional el auto de formal prisión que el Juzgado Cuadragésimo Penal del Distrito Federal dictó contra el joven Ilia Adad Infante Trejo el 10 de octubre de 2013. La tarde del viernes 4 el muchacho obtuvo su libertad.

Posteriormente, la misma juez constitucional resolvió en el mismo sentido los amparos promovidos por Iribar Ibina-rriaga Ramírez, Adrián Gutiérrez Miguel, Víctor Efrén Espinoza Calixto y Salvador Reyes Martínez -quienes junto con Infante Trejo fueron capturados el pasado 2 de octubre durante las protestas conmemorativas por la masacre de Tlatelolco en 1968-.

Otros dos muchachos -arrestados también aquella jornada, José Daniel Palacios Cruz y Abraham Cortés Ávila- están a la espera de una resolución similar. Al cierre de esta edición, el Juzgado Penal capitalino sólo había ejecutado el amparo de Infante Trejo y todos los demás indiciados permanecían en el Reclusorio Norte.

Los acusados fueron aprehendidos en avenida Reforma durante un operativo en el que la policía capitalina detuvo a decenas de jóvenes y que concluyó con la consignación de los menciona-dos, así como del activista Alejandro Bautista.

Conforme a los testimonios de los inculpados, difundidos por Proceso en sus ediciones 1933 y 1943, aquel 2 de octubre un numeroso grupo de personas, la mayoría menores de edad, fue rodeado por granaderos y acorralado frente al edificio número 93 de Paseo de la Reforma. Por esa razón, los atrapados fueron conocidos como "los encapsulados de Reforma 93".

En entrevista telefónica, Ilia Adad expone que ese día, luego de varias horas de llevarlos por diferentes lugares y patios, un mando policiaco que se encontraba en instalaciones...

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