López Obrador. Exceso de calma frente a la emergencia

AutorArturo Rodríguez García

Entre llamados a la calma, informes sanitarios, descalificaciones a sus críticos y algunos gazapos, el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador es persistente: mantener la fase 1, evitar echar mano de reservas internacionales para resistir el desplome del peso o intervenir en la caída de los petroprecios y negar cualquier plan de beneficios fiscales o subsidios para paliar los efectos económicos de la pandemia.

Tras identificarse el 27 de febrero el primer caso en México de covid-19, la enfermedad que provoca la cepa de coronavirus, no fue sino hasta el 9 de marzo cuando se inició la defensa de la política sanitaria sólo en fase o escenario 1 (manteniendo las actividades laborales), así como la recomendación al Banco de México de no intervenir en el desplome del peso; y se prolongó inclusive al cierre de esta edición, cuando se rebasaron los 25 pesos por dólar.

No obstante los llamados a la calma y la imposición de una agenda informativa presidencial -que pasó de promover el sorteo del avión presidencial a la presentación de una serie de proyectos de infraestructura conferidos mayoritariamente al Ejército-, en menos de 10 días los poderes Judicial y Legislativo, varios gobernadores -incluida la jefa de gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum-, empresas de todos los sectores y organismos civiles redujeron actividades y bajaron cortinas, aplicando medidas de suspensión similares a las de la fase o escenario 2, de emergencia.

El 17 de marzo la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue la primera en anunciar la suspensión de sus funciones para el periodo comprendido entre el 18 de marzo y el 19 de abril. Aquel día, el Consejo de la Judicatura Federal anunció la misma medida y la suspensión de plazos procesales. Así, el Judicial se convirtió en el primero de los poderes que en los hechos aplicó medidas de aislamiento con el mismo parámetro temporal que el anunciado para el sector educativo.

Le siguió la Cámara de Diputados, aunque al cierre de esta edición la de Senadores se mantenía igual que el Ejecutivo.

Desde el jueves 12, la primera institución educativa en anunciar suspensión de actividades presenciales y establecer un programa a distancia fue el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, medida aplicada el martes 17, fecha que finalmente siguió el sector educativo público ante la baja afluencia de escolares que debían continuar, de acuerdo a lo planeado en la estrategia sanitaria federal, hasta el viernes 20.

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