Lozano, Moreira y el carbón rojo

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El 3 de mayo, 14 mineros murieron y un niño quedó mutilado al producirse un estallido en el Pocito número 3 de un lote minero explotado por las empresas Binsa y Minería y Acarreos, S.A. Ambas empresas tienen como denominador común la participación de miembros de las familias Montemayor Seguy, Montemayor Marines y Montemayor Garza. Miembros de esas familias han sido, uno, gobernador del estado, y otro, presidente municipal de Sabinas: lo es hoy mismo Jesús Montemayor Garza, sobrino de Rogelio, el exgobernador. Tener presente ese dato es imprescindible para comprender la naturaleza de la industria carbonífera coahuilense y el escándalo político, creado quizás artificialmente, no para revelar, sino para ocultar los escondrijos de la inicua explotación minera.

Javier Lozano Alarcón no cesa de mostrar su despecho ante el PRI, partido al que perteneció y le dio altos puestos en el gobierno federal (hasta subsecretario de Gobernación llegó a ser) pero no pudo hacerlo diputado, porque perdió la elección a que se postuló en Puebla. Convertido en panista, o mostrándose tal como en realidad era, promovió durante un lustro una nueva legislación laboral. Cuando finalmente la había colocado en la ruta de la aprobación en la Cámara de Diputados, a través de la bancada priista, los desencuentros en el interior del PRI, y la movilización que ya se veía venir en contra del proyecto, obligaron a la fracción dirigida por Francisco Rojas a apaciguar su entusiasmo panista y a congelar su propia iniciativa. Del plato a la peculiar boca de Lozano se cayó esa sopa y el secretario del Trabajo no se cansa de reprocharlo a su antiguo partido. Se borró así el puntaje que ese proyecto le hubiera dado en su estéril lucha por ser candidato presidencial.

Harto a su vez de las invectivas de Lozano, y en torno a sus propios intereses, el líder del PRI salió a embestir al secretario del Trabajo. No lo hizo personalmente, sino que confió la tarea a David Penchyna, el brillante diputado hidalguense, vocero del comité nacional priista. El 25 de mayo, en medio de certeras y agrias críticas a Lozano, el PRI lo declaró inhábil como interlocutor válido. Recordó Penchyna su pobre desempeño, su ineficacia, y adujo para probar su dicho, entre otros casos, que el secretario del Trabajo “se mostró de cuerpo entero en la tragedia minera de Sabinas. Más preocupado por tuitear minuto a minuto, y culpar a su compañero de equipo, el titular de Economía, Bruno Ferrari, que en solventar las...

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