De luces y de sombras

AutorJorge Carrasco Araizaga

A sus 67 años Jorge Carpizo McGregor había recuperado el renombre académico eclipsado cuando sirvió al gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Reconocido como uno de los principales constitucionalistas de Iberoamérica, de vez en vez regresaba a la escena pública para seguir sus batallas con un sector de la Iglesia católica mexicana. Dispuesto a continuar esa confrontación se aprestaba a un juicio en tribunales cuando la muerte lo alcanzó el pasado viernes 30 de marzo en la Ciudad de México. Tres paros respiratorios cuando era operado de una hernia acabaron con el principal teórico del presidencialismo autoritario del PRI, ante el que acabó por sucumbir y servir como procurador general y secretario de Gobernación durante los años de mayor descomposición del viejo régimen.

Su libro El presidencialismo mexicano (1978) se convirtió en referencia obligada para explicar ese régimen; ahí acuñó el término "facultades metaconstituciona-les" para explicar el predominio en México del Poder Ejecutivo sobre el Legislativo y el Judicial.

Marcado por la ilegitimidad del fraude electoral de 1988, Salinas gobernó con todas las características que Carpizo (nacido en Campeche en abril de 1944) había identificado sobre el funcionamiento de ese presidencialismo antidemocrático: control del poder político, de la economía, de la opinión pública, del aparato de justicia, de la política exterior y concentración de recursos.

Apenas Salinas asumió la presidencia, Carpizo fue designado ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, luego de haber ocupado entre enero de 1985 y enero de 1989 la rectoría de la UNAM, de la que antes había sido abogado general y académico. Su reelección como rector se frustró con el movimiento estudiantil que entre 1986 y 1987 paralizó a la UNAM cuando a partir del diagnóstico Fortaleza y debilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México pretendió aumentar las cuotas y eliminar el pase automático de bachillerato a licenciatura.

En 1990 el entonces presidente dejó en el exrector de la UNAM la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y en junio de ese año lo designó presidente del organismo, que inicialmente dependía directamente del Ejecutivo.

A partir de enero de 1993 Carpizo se convirtió en una de las principales piezas del salinato. En apenas año y medio ocupó la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Gobernación, en plena caída de Salinas y crisis del presidencialismo autoritario con el auge del narcotráfico, el levantamiento zapatista en Chiapas y los asesinatos del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colo-sio y del secretario general...

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