La lucha de Proceso contra la censura indirecta

AutorJorge Carrasco Araizaga

La sentencia de la semana pasada de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respecto a la omisión legislativa para regular la publicidad oficial, vino a confirmar lo que esta casa editorial conoce y ha dicho desde su surgimiento: que la publicidad oficial en México ha sido un instrumento de censura indirecta que, en el extremo, busca la desaparición de la crítica a través de la asfixia económica.

Sin la fuerza de una sentencia del máximo tribunal, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ya había advertido en 2012 cómo en el caso del gobierno de Calderón se usó la publicidad oficial para restringir la libertad de expresión del semanario.

Esa fue la conclusión del organismo ante la queja presentada por el director de la revista, Rafael Rodríguez Castañeda, contra esa administración, en lo que fue la primera acción de defensa del semanario ante instancias oficiales en contra de la Presidencia de la República por el uso de la publicidad oficial para castigarla por su línea editorial.

En la queja presentada en abril de 2009, cuando el Congreso ya llevaba dos años sin regular el artículo 134 de la Constitución en materia de publicidad oficial, a la que quedó obligado desde la reforma electoral publicada en febrero de 2007, Rodríguez Castañeda argumentó que esa discrecionalidad va contra los derechos de libertad de expresión e información de los directivos, editores y reporteros de la revista, salvaguardados por la Constitución y la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión de la Convención Americana de Derechos Humanos, de la que México forma parte.

"Desde 1976, cuando se fundó la revista Proceso, advertimos que el gobierno federal asigna de manera arbitraria la publicidad de sus dependencias destinada a ser difundida por los medios de comunicación. En ocasiones, la utiliza como mecanismo para premiarlos o castigarlos de acuerdo con su línea editorial", argumentó el director de la revista ante la CNDH.

Esa circunstancia "fue particularmente grave durante el gobierno de Vicente Fox, que restringió a su arbitrio la publicidad destinada a las páginas de la revista, conforme le molestaba a él y a sus colaboradores la información que difundíamos". Y en el caso de su sucesor, "la situación empeoró" y "prácticamente la publicidad del gobierno federal en Proceso se redujo a cero".

Continuó: "La asignación discriminatoria de publicidad puede tener la intención de limitar o afectar el derecho a la...

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