Lucran penale$

Fotos Julio C. Vega

Son consideradas las tiendas más caras del mundo, con ganancias de 330 mil pesos semanales y 218 productos vendidos por encima del precio exterior, son los 44 expendios que hay al interior de los reclusorios del Distrito Federal.

Aunque fueron creadas para brindar un servicio a la población penitenciaria y evitar que la visita familiar ingrese grandes cantidades de comida, las autoridades de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del Distrito Federal se niegan a bajar los precios aun cuando mantienen costos de compra bajos con los proveedores.

Un ejemplo de que las autoridades penitenciarias tienen ganancias del 112 por ciento en la mayoría de los productos es que mientras una sopa instantánea le cuesta al interno 5 pesos, la DGPRSDF la compra a 2.35 pesos; en tanto que en una tienda de autoservicio su precio es de 3.70 pesos.

Constituido hace aproximadamente 20 años como un departamento autogenerador de recursos, las tiendas de los reclusorios no están sujetas a ninguna ley, sólo el Reglamento Interno de los Centros de Prevención y Readaptación Social hace mención de su existencia.

Por ello, hasta diciembre del 2001, los fondos económicos que generaban estos comercios eran utilizados como la "caja de ahorros" de funcionarios, quienes solicitaban cantidades de dinero a préstamo sin interés, las mismas que difícilmente liquidaban.

Competencia Desleal

La Coordinación General de Tiendas es la encargada de manejar 44 expendios y 8 bodegas que existen en los reclusorios varoniles y femeniles; sin embargo, en cada dormitorio hay tiendas concesionadas a los internos, las cuales no se sujetan a la lista de precios que establecen las autoridades penitenciarias.

Aunque su existencia viola lo dispuesto en el Artículo 29 del Reglamento Interno, el cual señala que "en ningún caso las tiendas podrán estar a cargo de particulares o internos", los 13 negocios del Reclusorio Varonil Norte o los restaurantes (comedores) del Reclusorio Sur, por mencionar algunos, no deben ser autorizados.

Fuentes de la DGPRSDF aseguran que hay intereses creados entre internos y autoridades para permitir estos negocios, lo que origina una venta desleal que perjudica la economía de los mismos reos.

"En todo el sistema hay 44 tiendas y ocho bodegas, pero también hay concesiones a ciertos internos al interior de los dormitorios que no están permitidas, son dos por cada dormitorio, las dieron desde hace mucho tiempo pero al seguirlas...

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