Lustran sus esperanzas

Con 17 años de experiencia y una pulidora en la mano, Héctor Ramírez coloca todos los días su carrito para bolear zapatos sobre la Calle Juárez, justo frente a los juzgados familiares de la CDMX.

"Cerraron aquí, no había nada y, aunque viniéramos, no había gente, entonces, ¿a quién boleábamos? Nos la vimos muy dura, pero estuvimos aguantando y, gracias a Dios, ya va mejorando la situación", contó el bolero de 60 años.

El hombre cuenta que, durante la peor parte de la pandemia, realizaba dos o tres boleadas de a 20 pesos cada una.

"Lo que me da trabajo son los Juzgados y Relaciones Exteriores. Los oficinistas son los que se bolean y ahorita ya me hago entre 15 y 20 al día, pero es muy variable y hay que pagar pensión, comida, material, la inversión", dijo.

Como una innovación para protegerse del coronavirus, el hombre ha instalado un plástico que divide el asiento del cliente del suyo.

"Pedimos prestado para poder hacer frente a los ocho meses que no trabajé, y ahora ya voy pagando, aún debo, pero poquito. La mayoría de mi clientela ya no vienen, son gente mayor", agregó.

Como...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR