Macri olvida el riesgo militar

AutorFrancisco Olaso

BUENOS AIRES.- El gobierno argentino impulsa la intervención de las fuerzas armadas en tareas de seguridad interna. La decisión de sumar a los militares al combate contra el terrorismo y el narcotráfico se inscribe dentro del paradigma de las "nuevas amenazas", según las define el Comando Sur de Estados Unidos.

La participación de cuerpos castrenses en tareas de seguridad interior, eje central del andamiaje de la última dictadura (1976-1983), se ve severamente restringida en Argentina por las leyes de Defensa Nacional, Seguridad Interior e Inteligencia Nacional. El oficialismo no cuenta con los votos necesarios en el Congreso para modificar la legislación en la materia. La creciente impopularidad de la gestión del presidente Mauricio Macri no augura ningún acompañamiento opositor a semejante propuesta. El gobierno avanza por caminos alternativos.

"Es un intento de regreso a la Doctrina de la Seguridad Nacional, pero remozada", dice a Proceso Elsa Bruzzone, investigadora del Centro de Militantes para la Democracia Argentina (Cemida). "Responde a un elemento externo, que es el pedido explícito del Comando Sur mediante su jefe, el almirante KurtTidd, en las sucesivas reuniones que ha tenido a partir de 2016, sobre todo, en el encuentro del 16 al 18 de agosto de 2017, en Uruguay, donde exigió a los países, cuyas legislaciones mantienen una línea divisoria entre defensa y seguridad interior, romper esa línea para hacer que las fuerzas armadas intervengan en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo", explica.

Pero la iniciativa del gobierno responde también a cuestiones internas. La utilización de militares en las fronteras permitiría desplazar efectivos de las fuerzas federales, como la Gendarmería, hacia las áreas más calientes de las grandes ciudades.

Por lo pronto, mientras estudia el modo para cambiar la ley por decreto, el gobierno avanza con una política de hechos consumados y con la creación de un enemigo interno. Las comunidades mapuches en la Patagonia y los jóvenes de los asentamientos urbanos, las villas de emergencia, son el blanco predilecto de la violencia institucional. En el caso de los mapuches, el gobierno considera sus reclamos por el territorio como una cuestión de seguridad.

Los países latinoamericanos que utilizan o han utilizado a sus militares para tareas policiales suman graves denuncias por abusos a los derechos humanos. Ninguno de ellos alcanzó por este medio los objetivos declarados. El gobierno argentino se...

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