"El magnífico" Vázquez. "Me miro bien y moriré bien"

AutorBeatriz Pereyra

Israel Vázquez recibió el golpe más fuerte de su vida el día que escuchó el diagnóstico de la enfermedad que padece desde hace dos años. Cuando la reumatóloga pronunció esclerosis sistémica sintió que las palabras se le encajaron como un uppercut en la barbilla.

Aún medio noqueado empezó a entender por qué tiene esas como manchas rosáceas en su cara, por qué se ahoga al tragar su propia saliva, por qué su cuerpo está tan entumecido que no puede estirarse lo suficiente para ponerse los calcetines, por qué perdió más de 20 kilos de masa muscular, por qué la fuerza lo abandonó al grado de no poder cargar en brazos a su hija de siete años.

Israel Vázquez, El Magnífico; el excampeón mundial de los pesos supergallo, protagonista de cuatro electrizantes combates frente a Rafael Márquez, libra ahora una nueva pelea: vencer esa enfermedad au-toinmune que produce una alteración del colágeno, es decir, de la proteína que da soporte a los órganos y tejidos del cuerpo.

"Le llaman la enfermedad de papel. Trato de ver el lado bueno, aunque en este caso no hay nada bueno. No niego que sí he estado triste, deprimido porque físicamente no me parezco a como era antes. Veo esas fotos donde estoy levantando los brazos después de una pelea y ahora prácticamente soy un esqueleto andante con un poquito de carne cubierta por piel. Sí me pega. Personas que me vieron durante mi carrera y como campeón, me ven ahora y dudan si soy yo. Trato de no decaer y de seguir adelante", cuenta Vázquez.

Con el diagnóstico en la mano, Vázquez comenzó un tratamiento que él llama "quimioterapias", porque vía intravenosa le suministran medicamentos con los que se tratan algunos tipos de cáncer. Recibió cinco de estos tratamientos durante 2019 que requirieron hospitalización durante 24 horas. Sintió una mejoría drástica. Los resultados de sus análisis de creatina quinasa (CK) ya están en 170. El valor normal es 167, pero llegó a tenerlo casi en 400. Este estudio es un indicador del daño muscular. En su casa de Los Ángeles, California, el expugilista continúa con su tratamiento, pero con pastillas.

"Parece que está funcionando bien. Antes no podía estirar mis músculos ni para abrocharme un zapato, era doloroso para mí. Como no sabía que tenía una enfermedad yo pensaba que estaba así por la falta de ejercicio y me las ingeniaba para hacerlo. Ahorita estoy estable y mi próxima cita será a finales de mayo, aunque por la pandemia no sé si podré ir. Mi sistema inmunológico es débil y estoy...

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