Un manual del peor periodismo

AutorIsabel Jácome

ROMA.- El escritor italiano Umberto Eco -erudito, semiólogo y ensayista- incursiona en su más reciente libro, Número cero, en el mundo de la información y la comunicación para contar con estilo ligero y divertido los mecanismos de manipulación de la prensa corrupta.

Eco, de 83 años, abandona sus reflexiones intelectuales para describir las tácticas y maniobras que se fraguan en una redacción de siete periodistas durante la preparación de los "números piloto" de un diario, los números cero.

"Desde hace 40 años reflexiono y discuto sobre los límites y las posibilidades del periodismo", confesó Eco en una larga charla con el periodista antimafia italiano Roberto Saviano en la cual ambos analizaron las carencias y los abusos de los medios de comunicación y de las redes sociales en internet.

A diferencia de su novela El cementerio de Praga, en la que a través de un texto inventado, el Protocolo de los Sabios de Sión, se demoniza a todo un pueblo y una religión -una escalofriante antología de la injuria al diferente-, ahora Eco sitúa al lector en la Italia de 1992, año del escándalo por corrupción descubierto por el operativo Manos Limpias: Las investigaciones judiciales derrumbaron entonces a toda una clase política, lo que significó el fin de la llamada Primera República y el nacimiento del "berlusconismo", la era protagonizada por el controvertido magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi.

Como emblema de esa fase histórica, Eco cuenta por capítulos -que corresponden a fechas específicas- las reuniones de los integrantes de una redacción, celebradas en el lapso de un año. Ellos trabajan en torno a un periódico que está por salir, Do-mani (Mañana), financiado por "el Comendador" Vimercate, "nuevo rico" propietario de canales privados de televisión, en una clara alusión a Berlusconi (llamado en Italia el Cavaliere), patrón de la derecha italiana durante 20 años.

Para realizar los borradores del diario se confeccionan y escogen noticias particulares, aquellas que sirven para sembrar dudas, para calumniar a enemigos y poderosos y luego chantajearlos y entrar a formar parte de su círculo, en un retrato perfecto de lo que Eco llama la "maquinaria para enlodar".

Un ejemplo de ese sutil estilo de manejo del poder: la investigación que ordena el director del diario, Simei, sobre un juez intachable que a su vez indaga acerca de un célebre caso de millonarios sobornos en una casa de reposo para ancianas de una de las sociedades del patrocinador del...

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