Manuel Felguérez: la revelación de un mito personal

AutorBlanca González Rosas

Apoyado durante su larga trayectoria tanto por la iniciativa privada como por instituciones gubernamentales y de educación superior, el artista nacido en 1928 en la Hacienda de San Agustín del Vergel, municipio de Valparaíso, Zacatecas, fue privilegiado y admirado acríticamente desde el principio de su trayectoria hasta su muerte, el pasado lunes 8 de junio, a causa del covid-19.

De carácter siempre amable y actitud sencilla y afectiva, Felguérez provoca el cuestiona-miento sobre la influencia que ejerce la personalidad sobre la recepción de la obra. ¿Cuál fue su aportación real a la escena del arte mexicano, por qué ahora, a raíz de su fallecimiento, la prensa lo define como el pilar o el pionero del arte abstracto en México?

Si es por antigüedad, el pionero es Germán Cueto (1893-1975) con sus tempranos y caprichosos discursos orgánicos y geométricos; si es por el atrevimiento de conjugar diversos vocabularios abstractos -geometría, manchas, accidentes, materiales encontrados-, el protagonista sería el espléndido Fernando García Ponce (1933-1987) con sus contundentes pinturas y collages; y si es por la creación de universos abstractos de fascinantes cromatismos, la artista es Lilia Carrillo (1930-1974), segunda esposa de Manuel Felguérez.

Y en caso de que el juicio para definirlo como un pilar se base en el impacto que han tenido sus lenguajes en otros artistas, es necesario señalar que, a diferencia de Francisco Toledo o Gilberto Aceves Navarro, Felguérez no detonó una escuela.

Perteneciente al grupo que, en la década de los sesenta, defendió el valor artístico de las estéticas internacionalistas en contra del predominio oficial de las poéticas nacionalistas, Felguérez no formó parte de los atrevidos creadores que iniciaron la confrontación desde los primeros años cincuenta: José Luis Cuevas, Alberto Girone-lla, Enrique Echeverría, Héctor Xavier y Vlady. Activo con propuestas sobresalientes a partir de los años sesenta, Felguérez se desarrolló en una escena local apoyada por la iniciativa privada.

Su pensamiento artístico consideraba que la labor del artista es la revelación de un mito personal, que el arte sólo existe si se comunica, que la creación se basa en la invención y que el arte no debe ser político. Formado en París de manera informal con el cubista expresionista ruso Ossip Zadkine, destacó en los sesenta con la creación de un tipo de arte público que sustituyó la pintura mural por relieves construidos con materiales pobres.

Con...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR