La maquinaria de guerra ya estaba engrasada y fue imposible detenerla

AutorAndrés Mourenza

ESTAMBUL.- Hace 20 meses Rania tuvo que buscar refugio en las montañas. Esta maestra de la localidad de Jindires y cientos de sus vecinos se resguardaron en las cuevas de las alturas para evitar los bombardeos de los cazas turcos que castigaban las localidades del cantón de Afrin -en la esquina noroeste de Siria-, empeñados en destruir lo que consideraban un nido de "terroristas". Las tropas de Turquía y sus aliados de las milicias árabes tardaron pocas semanas en tomar el control del cantón y Rania tuvo que huir hacia el este, recogiendo apenas lo imprescindible para el viaje. Atrás quedaron su casa, sus pertenencias y sus recuerdos de toda la vida. Se estableció en Kobani, localidad bajo control de las milicias kurdo-sirias en el norte de Siria y junto a la frontera turca.

Ahora la familia de Rania se ve obligada de nuevo a huir, pues Turquía está dispuesta a invadir la zona en la que se encuentra.

El miércoles 9, a las 16:00 horas locales, el presidente turco, Recep Tayyip Er-dogan, tomó el teléfono y comunicó la orden de ataque a su ministro de Defensa, el general Hulusi Akar. "Transmita a nuestros comandantes y a nuestros heroicos soldados que les deseo todas las bendiciones de Dios en esta operación contra los terroristas".

Los cazas turcos despegaron de sus bases y bombardearon posiciones de la milicia kurdo-árabe Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) en diversas localidades.

Desplegada desde días antes a lo largo de la frontera turca, la artillería pesada abrió fuego. Fuerzas especiales penetraron por diversos puntos en territorio sirio con apoyo de milicias árabes leales y capturaron varias poblaciones. Se atacaron bases militares, posiciones artilladas y depósitos de municiones descubiertos por los drones que habían sobrevolado durante semanas el territorio.

Pero muchos de esos objetivos están en medio o en las cercanías de áreas residenciales y durante las primeras 24 horas de la operación -llamada "Manantial de Paz"- al menos 14 civiles murieron y cerca de un centenar resultó herido en ambos lados de la frontera por el intercambio de fuego entre ambos bandos. Miles de vecinos de las áreas fronterizas kurdosirias iniciaron la huida hacia el sur en busca de refugio.

"Los aviones turcos han empezado a bombardear áreas civiles. Hay pánico entre la gente de la zona", denunció un portavoz de las SDF.

Turquía llevaba un año amenazando con invadir las regiones norte y noreste de Siria, después de haberse hecho con una porción de territorio de 5 mil kilómetros cuadrados en el noroeste del país en dos operaciones militares durante 2016 (en torno a las ciudades de Yarablus y Al Bab) y 2018 (en la mencionada operación contra Afrin).

Pero todo se precipitó tras una conversación telefónica tres días antes del comienzo del nuevo conflicto. En un extremo del teléfono estaba Erdogan, en el otro, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Para sorpresa de muchos, Trump dio lo que los turcos consideraron una luz verde a sus planes de invasión. "Turquía pronto avanzará con su...

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