María Juncal: El vigor del flamenco ante la adversidad

AutorColumba Vértiz De La Fuente

Mueve las manos como si se hallara en el escenario y con su charla brotan explosiones emotivas en el rostro. Todo ello delata como bailadora y coreógrafa de flamenco a la reconocida española María Juncal, de visita en México para concretar proyectos y el fuerte deseo de que la pandemia finalice pronto.

Proviene de una familia dedicada a este género. Su bisabuelo fue Miguel Borrull (1866-1926), notable guitarrista gitano de flamenco. Tras la afectación del SARS-CoV-2 en el mundo, María Juncal clama inquieta:

Los bailarines necesitamos un espacio especial para ensayar. Llevamos más de un año sin ensayar y trabajar bien, y al bailador o bailadora de flamenco nos pueden echar de cualquier parte por los fuertes sonidos, pero hemos tratado de reinventarnos y aprovechar cualquier oportunidad.

Nacida en Las Palmas de Gran Canaria en 1979, ella narra que, por suerte, en España ya los bailaores pueden subir al tablao con todas las medidas sanitarias, aunque ante poca afluencia:

Los artistas tampoco podemos asumir riesgos. Yo durante el encierro bailé en casa, puse mi madera, hablé con los vecinos y efectué acondicionamiento físico; pero sobre todo generé muchísimo baile en mi mente, muchísimos proyectos, lugares a donde quiero llegar y coreografías, etcétera. Sin embargo, en este instante me pregunto cómo le están haciendo aquellos bailarines que no posen un espacio para ensayar. Además, desde julio pasado me levanto y voy al Centro de Arte Flamenco y Danza Española Amor de Dios, ubicado en Madrid, para practicar, si bien los que todavía no pueden ir a un estudio de baile no sé cómo estén resistiendo...

Juncal estudió ballet y danza clásica en Santa Cruz de Tenerife, donde fue alumna de su tía abuela Trini Borrull, y continuó preparándose en Amor de Dios, donde también imparte clases. Sigue con fervor, mientras el aire de abril resopla afuera de un restaurante de Polanco, ondulando su cabellera china:

"El covid-19 me entristeció, pero me he escuchado mucho a mí misma. Los artistas hemos sido un rubro muy castigado. Por supuesto, no le quito protagonismo a ningún otro, pues todos somos dolientes de esta situación, estamos damnificados y sufrimos las consecuencias."

La Premio Nacional de Danza Flamenca Antonio Gades en Córdoba (2004) y Primer Premio de Baile Flamenco y Trofeo

Desplante (2006), resalta que tras el coro-navirus "sabemos que todo es de cristal". Continúa:

"La fragilidad de nuestra estructura ha quedado en evidencia. Todo me funcionaba, tenía giras, me levantaba, hacía mi maleta, tomaba mi avión, llegaba a un lugar, me recibían, iba al teatro, ensayaba, en fin, todo fluía a normalidad, y de pronto, la parálisis. Esto nos ha cambiado mucho, pero igual nos ha hecho tomar aire y agarrarnos con fuerza de nuestro arte. Como dicen en mi tierra: 'Cuando hay marea, golpe a la lapa'.

Es decir, que en los malos momentos uno debe aferrarse porque es lo que nos toca y también sirve para forjar nuestro carácter. Esto nos hace poseer historias que contar, y seguro que de este encierro tenemos una experiencia distinta que vamos a capitalizar y a materializar de alguna...

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