Marinos secuestrados y torturados... por marinos

AutorPatricia Davila

En mayo de 2014 los aprehendieron. Durante mes y medio sus compañeros de armas los tuvieron secuestrados e incomunicados en alta mar. Los llevaron de nave en nave y los torturaron física y mentalmente. Los obligaron a estampar sus firmas en declaraciones fabricadas, en las cuales confesaban trabajar para Los Caballeros Templarios. Falsificaron las rúbricas de quienes, pese a todo, se negaron a firmar. Son 15 marinos y dos capitanes de la Décima Zona Naval (DZN) de la Secretaría de Marina (Semar).

Mientras tanto, en la DZN -con sede en Lázaro Cárdenas, Michoacán- les mentían a las esposas de los detenidos: "Están de comisión", se justificaban ante la falta de noticias de sus cónyuges. Denunciaron también que sus domicilios eran "acechados y fotografiados" por personas a bordo de vehículos de la Semar.

No conocieron la situación de sus maridos sino hasta los últimos días de junio de ese año, cuando se oficializó su detención y los trasladaron al Campo Militar Número Uno, en la Ciudad de México, acusados de delitos contra la salud y traición a las Fuerzas Armadas.

De acuerdo con testimonios que obran en la causa penal 197/2014 -de la cual este semanario tiene copia-, la mayoría de los detenidos asegura que fueron obligados a firmar sus declaraciones después de que los torturaron agentes de la Subprocuradu-ría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la PGR y de la Unidad de Inteligencia Naval (UIN) de la

Semar, quienes los amenazaron con dañar a sus familias.

Declaración "espontánea"

El 19 de abril de 2014, una patrulla de marinos detuvo en Lázaro Cárdenas a José Luis Murguía Márquez, El Lie, perteneciente al Cuerpo General de Infantería de Marina, en posesión de 10 paquetes de mariguana y un fusil de asalto AK-47.

Al ponerlo a disposición ante el Ministerio Público del Fuero Común en Lázaro Cárdenas, sus captores -los marinos Jesús Sandoval García y Wilbert Alvarado Chávez- asentaron que mientras revisaban su vehículo, Murguía "espontáneamente" confesó ser desertor de la Armada y estar involucrado con sicarios y jefes de plaza de los Templarios. Y citó a 14 marinos (además de él) y dos capitanes navales -por nombre, rango y apodo- como también implicados con el crimen organizado.

Sin embargo, de acuerdo con la causa penal 197/2014, es falso que Murguía declarara "espontáneamente", pues según el certificado médico expedido ese mismo 19 de abril por el doctor Norberto Barrientes Jacinto, de la Procuraduría General de Justicia de Michoacán, presentaba huellas "de violencia física y de tortura".

El secuestro y detención de los marinos se conoció púbicamente 11 meses después de ocurrido, el pasado 6 de abril, cuando Alfredo Esparza Salinas, abogado defensor del tercer maestre Cristian Baruch Méndez García, aseguró que el caso se basa sólo en la imputación directa de Murguía, mientras que el resto de las declaraciones son "dichos de oídas".

Agregó que las confesiones de Murguía y de la mayoría de los inculpados fueron obtenidas a base de tortura.

Según la puesta a disposición, cuando lo aprehendieron, Murguía aceptó tener trato directo con el templario jefe de plaza en Lázaro Cárdenas, a quien llaman El Primazo, y con otros jefes, como El Niño de Oro, Lico y Retra...

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