Con Martínez Baracs, amistad más allá de la historia

AutorJudith Amador Tello

Y si bien recuerda más su cercanía con su esposa Chonita (Ascensión Hernández Triviño), quien le prodigaba cuidados de niño a él y a su hermano, el ahora embajador José Luis Martínez Hernández, evoca con claridad la relación que desde entonces tuvo con su padre, el también historiador José Luis Martínez Rodríguez, autor de Hernán Cortés y Nezahualcóyotl, Vida y obra. Por ello fue justamente que se estrechó la relación entre Martínez padre y León-Portilla.

"Además de haber sido funcionario cultural, mi padre escribió sobre literatura mexicana de los siglos XIX y XX, pero también se interesó en Nezahualcóyotl. Escribió dos libros en 1972 para el quinto centenario del fallecimiento del rey poeta de Texcoco, que siguen siendo los más importantes."

Nacido en la Ciudad de México en octubre de 1954, el ahora doctor en Historia y Etnohis-toria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) rondaba los ocho años cuando su padre fue embajador en Perú, entre 1961 y 1962. Martínez Rodríguez entabló relaciones con intelectuales, escritores, antropólogos e historiadores de aquel país y organizó un encuentro al cual invitó al "joven sabio" León-Portilla, quien lo visitó en Lima.

El diplomático se sensibilizó sobre el pasado prehispánico a través del mundo andino y mantuvo largas conversaciones con León-Portilla sobre arte, y sobre Bernardino de Sa-hagún, a quien ya había leído desde los años cuarenta.

Cuando inició la escritura de Nezahualcóyotl... pidió ayuda a su gran amigo, que entonces estaba en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, el cual dirigió durante una década desde 1963. Antes condujo el Instituto Indigenista Interamericano (1955-1963).

"Mi padre le pedía mucha ayuda y fue decisivo su apoyo en ese momento, pues le dio muchos consejos para su Nezahualcóyotl, le prestó códices e intercambiaron muchas cartas."

Algunas de ellas fueron publicadas por Martínez Baracs en el número de la revista Biblioteca de México dedicado al centenario del nacimiento de Martínez Rodríguez. Hay versiones facsimilares. Ahí se entera el lector de que León-Portilla impulsó la candidatura del también cronista para ingresar a El Colegio Nacional, pero "mi padre nunca fue miembro".

Aprecio por el náhuatl

Cuando Martínez Baracs decidió estudiar historia, su relación con León-Portilla se fue estrechando porque se interesó en temas relacionados con el náhuatl. Reseñó su libro Los franciscanos vistos por el hombre náhuatl: Testimonios del siglo...

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