La matanza del Templo Mayor

AutorMiguel León-Portilla

Establecidos ya los españoles en México-Tenochtitlan, Motecuh-zoma se convirtió prácticamente en prisionero de Cortés. Varios textos indígenas como el Códice Ramírez, la XIII relación de Ixtlilxóchitl, el Códice Aubin, etcétera, se refieren de manera directa a la matanza preparada por don Pedro de Alvarado durante la fiesta de Tóxcatl, celebrada por los nahuas en honor de Huitzilopochtli.

Hernán Cortés se había ausentado de la ciudad para ir a combatir a Pánfilo de Narváez, quien había venido a aprehender al conquistador por orden de Diego Velázquez, gobernador de Cuba. Alvarado "el Sol", como lo llamaban los mexicas, alevosamente llevó al cabo la matanza, cuando la fiesta alcanzaba su mayor esplendor.

Aquí se ofrecen dos testimonios, conservados en náhuatl y que pintan con un realismo comparable al de los grandes poemas épicos de la antigüedad clásica, los más dramáticos detalles de la traición urdida por Alvarado.

Primeramente oiremos el testimonio de los informantes indígenas de Sahagún, que nos narran los preparativos de la fiesta, el modo como hacían los mexicas con masa de bledos la figura de Huitzilopoch-tli y, por fin, cómo en medio de la fiesta, de pronto los españoles atacaron a traición a los mexicas.

Los informantes nos hablan en seguida de la reacción de los nativos, del sitio que pusieron a los españoles refugiados en las casas reales de Motecuhzoma. El cuadro se cierra cuando llega la noticia de que vuelve Cortés. Los mexicas "se pusieron de acuerdo en que no se dejarían ver, que permanecerían ocultos, estarían escondidos... como si reinara la profunda noche..." (...)

Los preparativos de la fiesta de Tóxcatl

Luego pidieron (los mexicas) la fiesta de Huitzilopochtli. Y quiso ver el español cómo era la fiesta, quiso admirar y ver en qué forma se festejaba.

Luego dio orden Motecuhzoma: unos entraron a la casa del jefe, fueron a dejarle la petición.

Y cuando vino la licencia a donde estaba Motecuhzoma encerrado, luego ya se ponen a moler la semilla de chicalote, las mujeres que ayunaban durante el año, y eso lo hacen allá en el patio del templo.

Salieron los españoles, mucho se juntaron con sus armas de guerra. Estaban aderezados, estaban armados. Pasan entre ellas, se ponen junto a ellas, las rodean, las están viendo una por una, les ven la cara a las que están moliendo. Y después que las vieron, luego se metieron a la gran Casa Real: como se supo luego dizque ya en este tiempo tenían la intención de matar a la gente, si salían por allí los varones (...)

El principio de la fiesta

Pues cuando hubo amanecido, ya en su fiesta, muy de mañana, le descubrieron la cara los que habían hecho voto de hacerlo. Se colocaron en fila delante del dios, lo comenzaron a incensar, y ante él colocaron todo género de ofrendas: comida de ayuno (o acaso comida de carne humana) y rodajas de semilla de bledos apelmazada.

Y estando así las cosas, ya no lo subieron, ya no lo llevaron a su pirámide.

Y todos los hombres, los guerreros jóvenes, estaban como dispuestos totalmente, con todo su corazón iban a...

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