Matrimonios gay: iniciativa oportunista e insuficiente

AutorArturo Rodríguez García

Hasta el martes 17 nunca hubo un gesto, mención o anuncio del presidente Enrique Peña Nieto respecto a los derechos y problemas de la población lésbico, gay, bisexual, travestí, transgénero, transexual e intersexual (LGBTTTI); tampoco incluyó a ese amplio sector poblacional en el Plan Nacional de Desarrollo.

Para decirlo en el lenguaje de los activistas, proclives a los anglicismos, el mandatario nunca se caracterizó por ser un gayfriendly, pues sólo había abordado el tema de manera tangencial. Y lo hizo el 7 de septiembre de 2010, cuando era gobernador en el Estado de México, ante el conductor del Noticiero de Televisa, Joaquín López Dóriga, quien le preguntó:

-Dígame, gobernador Peña Nieto, ¿tiene usted alguna postura sobre la legalización de los matrimonios entre personas de un mismo sexo y su derecho a adoptar? -Mira, Joaquín, estoy a favor de respetar la preferencia sexual de cada quien. En lo personal, no comparto esta idea de que quienes se unen -dos personas de un mismo sexo- tengan derecho a adoptar. Porque aquí, yo creo, hay que valorar no sólo el derecho de quienes adoptan, sino también de quien es adoptado.

"Sin embargo, a partir de la definición última que tuvo la Suprema Corte sobre este tema, no queda más que acatar puntualmente esta definición y es justamente la definición que tengo políticamente."

Agosto de aquel año fue histórico para el movimiento LGBTTTI, pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró la constitucionalidad del matrimonio entre personas de un mismo sexo, un reconocimiento que días después se amplió a la adopción. A eso se refería el entonces gobernador mexiquense.

Para el 13 de junio de 2015, ese matrimonio se volvió jurisprudencia; toda ley que prohibiera la unión entre personas de un mismo sexo era inconstitucional, y tenía una generalidad (que, necesariamente, incluye la adopción): "Bajo ninguna circunstancia se puede restringir o negar un derecho con base en la orientación sexual".

La jurisprudencia no dejaba opción a las entidades federativas hostiles a los derechos reclamados por las personas LGBTTTI. El derecho al matrimonio y la adopción estaban adquiridos y eran irreversibles. A casi un año Peña Nieto convocó a activistas a un encuentro en la residencia oficial de Los Pinos el martes 17 y, aparentemente sin aviso previo, anunció un paquete de iniciativas de reforma para incluir en el orden constitucional lo que ya era legal por decisión de la SCJN.

Por increíble que parezca, hasta 1990 la Organización Mundial de la Salud tenía enlistada la homosexualidad como enfermedad mental. Hasta hace seis años, el matrimonio entre personas de un mismo sexo era impensable; sobra decir que las personas LGBTTTI encabezan la lista de crímenes de odio perpetrados en México. Y fue en 2015 cuando se reconoció en este país que la orientación sexual no puede restringir derechos.

El 17 de mayo -fecha que conmemora la...

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