Una medalla hecha de sacrificio, sufrimiento y... nulo apoyo oficial

AutorBeatriz Pereyra

TIJUANA, BC.- Alexa Moreno corrió 25 metros en 3.2 segundos, una velocidad de 28 kilómetros por hora. Se elevó dos metros y en el aire hizo un mortal hacia atrás con un doble giro. Su puntuación fue de 14.416, suficiente para un promedio final de 14.508 en la prueba de salto de caballo.

Se ganó a pulso su histórico bronce en el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística que se realizó en noviembre último en Doha, Catar. Era la primera medalla mundial femenil para México.

Los saltos que ejecuta la gimnasta mexicana duran si acaso cinco segundos, pero los entrenamientos implican toda la vida. Alexa Moreno llegó a la gimnasia a los tres años. Le tomó otros 19 aprenderlos y perfeccionarlos. El salto de caballo no es más que correr, chocar contra una plataforma y hacer piruetas en el aire. Miles de repeticiones y cientos de caídas se sufren hasta alcanzar un bronce mundial.

"A una gimnasta le toma años aprender un salto, lo domina y lo perfecciona, pero igual un día lo hace y se puede caer. De repente no le sale. ¿Qué pasa? Es acrobacia. La percepción de saber en el aire dónde estás y cómo estás se aprende con muchas dificultades porque eso es algo más con lo que se nace, los dioses te lo conceden", dice el catalán Alfredo Hueto, entrenador de Moreno.

La medalla de Moreno no estaba planeada. Tras año y medio de retiro hubiera sido más que bueno calificar a un Mundial y meterse a una final de un aparato. Físicamente tiene fuerza, resistencia y elasticidad, pero cuenta más su voluntad inquebrantable.

Ha desarrollado un nivel de sacrificio y sufrimiento. Sabe que el dolor es parte del éxito. Si estás completamente sana en una competencia, es que no entrenaste al máximo de tus capacidades.

Por eso a Alexa Moreno no la derribaron las críticas y burlas en las redes sociales que recibió durante los Juegos Olímpicos de Río 2016, en los que participó recuperándose de la fascia plantar que se le rompió, por eso no se quebró cuando en el último entrenamiento, antes de partir a los Juegos Panamericanos 2015, se golpeó la cara con la barra y se fracturó el pómulo, ni tampoco cuando casi se rompe el cuello en el desmonte de la viga en los Juegos Centroamericanos 2014. Alexa Moreno siempre está al límite de su capacidad física.

El año 2018 fue complejo para la originaria de Mexicali, Baja California. Después de Río se despidió de la gimnasia. Alfredo Hueto, un exgimnasta formado en Barcelona con el sistema de la escuela soviética, lo sabe bien. Este deporte desgasta el cuerpo y el alma.

La atleta se tomó un respiro. Se dedicó a estudiar, aunque la cosquilla de volver a los entrenamientos se volvió comezón en febrero. Cada lunes se levantaba a las cuatro de la mañana y manejaba sola por La Rumorosa desde Mexicali hasta Tijuana para estar lista a las ocho en punto en A-Gimnasia, la escuela donde entrena desde 2014.

Llega un momento en que te saturas de esto. No es un deporte donde haya dinero, lo haces por ilusión; debes tener una gran motivación para que te quedes. Sintió que en Río podía haber hecho más. Se...

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