Medina Mora: una historia de cargos al vapor

AutorJorge Carrasco Araizaga

En su pretensión de tener una justicia a modo, el presidente Enrique Peña Nieto propuso a Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Pero más tardó en hacerlo que en recibir una andanada de críticas por el perfil policial del ahora diplomático, por su cercanía con Televisa, por su falta de experiencia y por no cumplir al menos con uno de los requisitos constitucionales para el cargo.

Como nunca había ocurrido con alguna propuesta presidencial para ministro de la SCJN, la candidatura de Medina Mora generó un amplio e inmediato rechazo en distintos sectores. Entre los especialistas, incluso se puso en duda la legalidad de la terna enviada por el Ejecutivo al Senado el miércoles 18.

Con Medina Mora, Peña busca reemplazar al aliado natural que tenía en el máximo tribunal, el ministro Sergio Valls Hernández, un declarado priista que falleció el 3 de diciembre de 2014. La Presidencia tardó más de dos meses en elaborar la propuesta al Senado, que incluye a los magistrados Felipe Alfredo Fuentes Barrera y Horacio Armando Hernández Orozco, por lo que la SCJN ha tenido que sesionar con 10 de los 11 ministros que deben componerla.

En cuanto se conoció la iniciativa presidencial, se dio por hecho que el ahora embajador de México en Estados Unidos llegaría a la SCJN, pero el amplio rechazo ha puesto en duda su viabilidad. Los principales opositores son las organizaciones de derechos humanos, por el desempeño de Medina Mora como funcionario policial.

También ha sido considerada una falta grave la forma en que Peña Nieto lo incluyó en la terna. El constitucionalista Eli-sur Arteaga, autor de varios libros sobre derecho constitucional y uno de los especialistas más reconocidos del país, asegura que la terna incumple uno de los requisitos establecidos por la Constitución.

Explica: El artículo 95, en su fracción V, determina que un requisito para ser ministro es haber residido en el país durante los dos años anteriores al día de la designación, lo que en el caso de Medina Mora no se cumple porque desde 2009 ha vivido en el Reino Unido, designado embajador allá por Calderón, y en Estados Unidos, con el mismo cargo otorgado por el actual gobierno.

Señala que, para su propuesta, la Presidencia de la República se apoya sólo en el artículo 45, fracción I, según el cual los miembros del Servicio Exterior mexicano conservarán para los efectos de las leyes mexicanas el domicilio de su último lugar de residencia en el país. "Pero manifestar un domicilio no significa tener residencia", observa el también profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzal-co y de la Escuela Libre de Derecho.

"Cualquier persona puede dar como domicilio legal un lugar distinto de aquel en el cual reside. La Constitución pone el requisito de los dos años de residencia para que quienes aspiren a ser ministro de la Corte conozcan y estén al día de las leyes y jurisprudencia del país, lo que no es posible para alguien que lleva cinco años fuera del territorio mexicano", dice el constitucionalista.

Además, continúa, extender a Medina Mora el nombramiento en el máximo tribunal "sería pagarle para que aprenda, pues nunca ha litigado, no tiene idea del trabajo de los tribunales y no sabe incluso qué hace la Corte".

En sentido estricto, dice, "no se puede siquiera considerar que hay terna. Por esos vicios, el Senado tendría que rechazarla. El presidente lo incluyó pensando que tendría a uno más de sus subordinados en la Suprema Corte".

Un "personero de Televisa"

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