Mercaderes contra censores

AutorHéctor Tajonar

No resulta extraño que 80% de los ciudadanos desconfíe de los partidos, de acuerdo con una investigación realizada por el propio INE y El Colegio de México llamada Estrategia nacional de educación cíuica para el desarrollo de la cultura política democrática en México (ENEC) 2011-2015. El estudio muestra que la confianza en la autoridad electoral también es muy baja (36%). Ello coincide con los resultados del Lati-nobarómetro 2013, que ubica a México como el país más insatisfecho con el funcionamiento de su democracia en toda Iberoamérica: sólo 21% de los mexicanos se muestra conforme con su desempeño.

Los partidos políticos se han convertido en mercaderes de la democracia. No tienen ideas, principios, ni propuestas; su única guía es la mer-cadotecnia. No sólo han suprimido el sustento ético y normativo propio de la democracia, sino que se han convertido en un obstáculo para la formación de un gobierno representativo y responsable, eficaz y honesto. Se antojaría lanzarlos a todos de la contienda como lo hizo Jesús con los mercaderes del templo, pero sabemos que los partidos políticos son un elemento indispensable para la democracia representativa, aunque los que tenemos en México sean un mal necesario investi-do de impunidad. Diego Valadés los llama, con razón, los dueños de la democracia.

Por su parte, el IFE-INE, así como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se someten a la presión de los partidos -en especial del PRI y de su deleznable aliado, el Partido Verde-, de la Presidencia y de los poderes fácticos. El proceso electoral de 2012 es muestra palpable de ello, ratificado por la reciente sentencia del TEPJF sobre el caso Monex. A esos ejemplos se agrega la censura ordenada desde la Oficina de la Presidencia de la República de un spot que criticaba el gasto estratosférico del viaje del presidente Peña Nieto al Reino Unido, porque supuestamente se hizo acompañar de un séquito de más de 200 personas. Por cierto, ¿no es extraño que no haya habido ningún promocional, de ningún partido político, sobre la Casa Blanca?

Aunque algunos todavía lo duden o lo desdeñen, desde el retorno del PRI al poder y a pesar de las reformas electorales, existen múltiples evidencias de un inten-to de regresión autoritaria. Estamos ante el resurgimiento de un presidencialismo, no autocrático como lo fue el de antaño, pero sí capaz de cooptar a los partidos de oposición, de imponer ministros de la Corte, de coludirse con los concesionarios de...

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