Un mexicano en el Medioevo

AutorSamuel Máynez Champion

Desde hace dieciséis años Alejandro rehízo la ruta inversa de Indias, afincándose en Barcelona, donde desempeña una labor absolutamente impensable en un compatriota. Podemos adelantar que posee una maestría otorgada por la prestigiosa Escuela Superior de Música de Cataluña (EsmuC), que está casado con una catalana y que, a pesar de comer fideuà y butifarras, no ha perdido su conexión afectiva con nuestra nación.

-Se te recuerda en el Conservatorio Nacional como un alumno con tendencias musicales atípicas. De hecho, fuiste acreedor del primer premio en un concurso en el que deslumbraste, por lo inaudito, con tu ejecución de la fidula... Cuéntanos de tus años formativos y de cómo se fue incubando en ti el amor por el Medioevo y su música...

-Desde que empecé a estudiar violín sentí una predilección por la música que hoy denominamos "antigua". En esos primeros años, la música barroca era mi pasión, pero al deleitarme con ella empezó a surgirme una inquietud: ¿Cómo habrá sonado en la época en la que se escribió? Y casualmente me topé con algunas grabaciones de grupos que realizaban una búsqueda de dichas sonoridades a través de instrumentos del periodo, así como aplicando los criterios de interpretación de aquellos siglos. ¡Fantástico! Ahí estaba la respuesta. Me pareció fascinante indagar en las diferencias de sonoridad que hay entre el violín moderno y el que se utilizaba en los siglos XVII y XVIII. Pero la duda persistía: ¿Y más atrás en el tiempo?, ¿qué músicas había? Y así me fui adentrando en los siglos hasta que llegué a la Edad Media. No puedo explicarlo de manera consciente, es la sensación de que vibraba con ese mundo sonoro sin saber el porqué.

En mis últimos años en el Conservatorio hice el viraje, asistiendo a muchos cursos de interpretación de música antigua. Y al final decidí estudiar de lleno el violín barroco y por eso llegué a la EsmuC, aunque siempre tuve un ojo puesto en lafídula, o viella en latín, su ancestro medieval. Mi primerafídula la compré en Esto-colmo, durante un viaje con los del coro Renacimiento. Los viajes con ellos fueron claves, ya que la primera vez que escuché un concierto de música medieval fue en Toledo. Tenía 16 años.

-Podemos suponer que tus primeros años en España no deben haber sido fáciles y que hubiste de vértelas con la idea del salvajismo de los naturales americanos...

-Sin duda el hecho de ser un estudiante de música en un país extranjero no es un camino de rosas, no obstante, fue un factor...

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