Somos mexicanos, somos invisibles

AutorJanet Rogozinski

"El fracaso no es fatal, pero fracasar en no cambiar lo puede ser" John Canfield

Soy una criatura de este país. Soy un limosnero, una persona ignorada y deshumanizada. Soy invisible. Ésta es mi cara, mírame a los ojos y reconoce que soy un ciudadano mexicano con potencial.

Soy invisible ante las autoridades jurídicas y gubernamentales. Si no fuera así, no permitirían que fuera explotado como trabajador infantil, obteniendo en la calle ingresos para otros. Carezco de un ambiente saludable en el cual se puedan afirmar mi autoestima y mi dignidad. No se me ha dado educación ni un ambiente seguro para desarrollarme.

Está en las manos del gobierno protegerme. No lo puedo hacer yo solo.

Soy un ser inocente y tengo derecho a un futuro. Esto sólo sucederá si cuidan y protegen mi bienestar. Tengo derecho a los servicios de salud. Tengo derecho a la educación y a tener esperanza en mi futuro. Tengo derecho a ser protegido.

Mi potencial como ciudadano empezó a ñaquear desde el primer día en que me sacaron a la calle a mendigar. La máxima oportunidad para descubrir y explorar mi valor y potencial como individuo fue truncada, me la hurtaron. Mi mirada hacia la humanidad se pervirtió lentamente y se convirtió en un instrumento inhumano de rentabilidad. Mi conciencia de mí mismo: sólo soy un bien que puede ser vendido.

Soy un esclavo que obtiene ingresos para quienes me controlan. Estoy destinado a una vida sin esperanza porque se robaron mi autoestima. Me robaron la conexión específica entre la esperanza y la oportunidad; esa conexión ha sido cortada para siempre, mientras no haya quien interfiera y altere esa senda y transforme ese sentido de mí mismo. Soy un alma perdida, una vida perdida y una oportunidad perdida para mi país.

Al darme una limosna, te quitas ese sentimiento de culpa y me cargas a mí con un futuro que sólo me transformará en un ciudadano sin valores.

Los niños pordioseros representan la forma más extrema de explotación infantil. Y yo sigo sin la protección de un movimiento defensor de los derechos de los niños, el cual no se considera en las reformas actuales.

¿Existen mecanismos para la reintegración o la rehabilitación? ¿Existen leyes que me protejan? ¿Las están aplicando? El simple hecho de removerme de la vista pública no ofrece ninguna garantía para mi potencial. El gobierno, responsable de protegerme, no sólo deberá hacerlo, sino también ponerle un alto a esa práctica de destruir a más futuros ciudadanos.

La nación fracasó

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