Con México no se juega

AutorAgustín Basave

Me parece que entre los lopezobradoristas hay más representantes de la primera postura que de la segunda. Pero creo que dentro del propio presidente López Obrador se libra una batalla en la que la correlación de fuerzas es la contraria: el revanchismo supera a la magnanimidad. Y es que la faceta pendenciera de AMLO está predominando sobre su vena mística, de la que emanó su empolvado anhelo de la república amorosa. Y algo parecido ocurre del otro lado del mostrador, donde el objetivo de los adversarios es derrotarlo, mientras que el de los enemigos es derrocarlo. Cuidado. Los afanes de revancha y derrocamiento se potencian mutuamente y socavan a la democracia, y este último no sólo es legalmente reprobable, también es un desatino pragmático: pese a sus errores frente a las crisis sanitaria y económica, AMLO todavía cuenta con una aprobación mayoritaria y vehemente. Lo señalo porque, aunque los grupos "dimisionistas" sean minoritarios, su discurso es atractivo para la clase media damnificada por la decisión de AMLO de no ayudar a las pymes, y conviene reparar en que exigir su dimisión implica internarse en una ruta muy peligrosa para México.

Me explico. Es probable que gran parte del segmento de la población que le otorgó a AMLO el beneficio de la duda y votó por él en 2018 ya le haya retirado su apoyo, pero más de la mitad de sus 30 millones de electores -su núcleo duro- sigue y seguirá defendiéndolo pase lo que pase. Si alguien pudiera forzar a AMLO a renunciar, esa base social enfurecería y se movilizaría, e incluso habría otras personas que se sumarían a sus filas en rechazo al agravio. No sé qué tipo de gobierno podría gestarse en semejante situación; sí sé que con 15 o 20 millones de opositores enardecidos sería prácticamente imposible gobernar este país, y que si se les reprimiera se entreverarían tres brotes violentos -violencia política, violencia social y violencia criminal-y la ingobernabilidad se entronizaría.

No vislumbro ninguna posibilidad de que AMLO deje la Presidencia antes de 2024, o de 2022 si es que se diera la revocación de mandato. Lo que veo es wishful thinking. Circulan en Whats-App mensajes clasistas -por cierto de una estulticia supina- contra AMLO y sus seguidores; los mensajeros suelen ser capitalistas que inconscientemente atizan el anticapitalismo (Marx debe estar revolcándose en su tumba, pero de alegría, gracias a esta reivindicación mexicana de la lucha de clases y las contradicciones del capitalismo). Y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR