El miedo ya llegó a la zona fronteriza... de Estados Unidos

AutorJ. Jesús Esquivel

DOUGLAS, ARIZONA/ EL PASO, TEXAS.- Muy lejos de la Casa Blanca, ahora habitada por Donald Trump, está la frontera sur de Estados Unidos, donde la realidad económica, comercial y social de la población se ve amenazada por la retórica política hostil de un nuevo presidente que desconoce la región y podría llevarla a la ruina.

"El 80% de la economía de mi ciudad proviene de los mexicanos de Agua Prieta (Sonora), que cruzan la frontera todos los días para gastar aquí su dinero. Trump ignora esta realidad binacional y eso es muy peligroso para nosotros, los fronterizos", dice a Proceso Robert Uribe, alcalde de Douglas.

El viento seco e invernal que levanta polvaredas parece presagiar tiempos difíciles en este desierto inhóspito, donde una cerca de alambre de púas de apenas metro y medio de alto divide al territorio estadunidense del mexicano.

El plan de seguridad fronteriza de Trump, con un muro como cimiento del proyecto, podría cambiar la belleza exótica del desierto que comparten México y Estados Unidos.

En este punto de la frontera se respira incertidumbre. Sólo siete kilómetros al este de Douglas se acaba la carretera de dos carriles, asfaltada. La Calle 10, que nace del centro de esta diminuta ciudad de Arizo-na, cambia de nombre cuando se acaba la zona urbana. Con la metamorfosis del asfalto a la terracería, la Calle 10 se convierte en el Sendero Gerónimo, territorio de ranchos ganaderos separados de México por la cerca de púas que Trump quiere remplazar con un muro de 16 metros de alto.

La desértica frontera de Arizona tiene dueño, pero el propietario de estas tierras no es el nuevo presidente de Estados Unidos. "Propiedad privada. Prohibido el paso", advierte el letrero colocado a la entrada del rancho Rocker M, cuyos linderos con Sonora los marca la cerca de alambre de púas que el gobierno federal estadunidense colocó para detener a los inmigrantes indocumentados y el tráfico de drogas.

Si no fuera por el incesante ir y venir de las camionetas de la Patrulla Fronteriza, que se distinguen a lo lejos por las grandes nubes de polvo que levantan con sus llantas todo terreno, y por la "casa principal" de los ranchos que hay en estos inmensos terrenos, el desierto fronterizo da la impresión de ser tierra de nadie.

Trump quiere construir aquí, en Arizona, un muro para dividir las tierras de Estados Unidos de las de México. El republicano asegura que con la barda detendrá la inmigración indocumentada y el trasiego de drogas. El nuevo...

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