En migración Trump impuso sus prioridades

AutorMathieu Tourliere

Al cumplir con los términos de la "negociación forzada" que le impuso Washington para impedir el paso de los migrantes centroamericanos en México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se convirtió en un "instrumento" en el proyecto de la "ultraderecha blanca y supremacista" que encabeza el presidente estadunidense Donald Trump, deplora Tonatiuh Guillén López, excomisionado del Instituto Nacional de Migración (INM).

En entrevista con Proceso, el académico sostiene que "en lo que va del siglo, es la primera vez que el aparato de contención migratoria adquiere estos niveles (...) No lo habíamos tenido ni con Felipe Calderón, quien endureció mucho la frontera sur, tampoco con Enrique Peña Nieto ni con Vicente Fox".

El próximo 5 de septiembre se cumplirá el segundo plazo de 45 días que Trump dio a México para reducir "significativamente" la llegada de migrantes a su frontera, según el acuerdo que el canciller Marcelo Ebrard Casaubon firmó en nombre del gobierno mexicano el pasado 7 de junio en Washington.

"El resultado (del acuerdo) fue un giro en dos sentidos: uno interno, que consistió en una concentración de la política migratoria en el ámbito de la Cancillería, lo cual no había sucedido antes; y el otro consistió en la ampliación del aparato gubernamental dedicado a la contención migratoria, con la utilización de la Guardia Nacional y de la Policía Federal para que el flujo de personas fuese reducido a extensiones mínimas", resume Guillén.

El exfuncionario y ahora investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo en la UNAM, renunció al INM el pasado 14 de junio, tres días después que AMLO oficializó, en su conferencia matutina, el paso de las riendas de la política migratoria a Ebrard.

"En los inicios de la inclusión de la Guardia Nacional -relata-, no estaba yo en condiciones de operar en ese esquema (...) Con este giro de prioridades hubo una necesidad urgente de un nuevo liderazgo en el INM, y así lo reconocí. Cuando la política migratoria empieza a ser conducida por la cancillería, hay un cambio, hay nuevos actores, hay nueva visión".

Y abunda: "La cancillería estaba muy preocupada por el asunto de los aranceles, progresivamente se fue posicionando por instrucciones del presidente en un rol más directivo; no directo, pero sí definiendo prioridades, un horizonte, que era el fortalecimiento de la capacidad de regulación en la frontera sur. Al final yo ya no participaba directamente".

A raíz del acuerdo con Washington, el gobierno federal -bajo la supervisión de la Secretaría de Relaciones Exteriores- echó a andar toda la maquinaria del Estado para reducir el flujo migratorio: entre junio y julio agentes del INM, PF y GN detuvieron a 47 mil 911 migrantes y deportaron a 40 mil 70, el mayor número registrado en un bimestre desde que el INM publica sus estadísticas.

En el marco del Protocolo de Protección a...

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