Miguel Cervantes y Benjamín Domínguez

AutorBlanca González Rosas

De trato exageradamente educado y amable, Miguel Cervantes Díaz Lombardo se dio a conocer primero como pintor y después como exitoso curador. Nacido en la Ciudad de México el 23 de julio de 1942, Cervantes impulsó de 1974 a 1979, como director de la Galería Ponce -empresa mexicana con intercambio internacional-, la presencia de relevantes artistas internacionales en la Ciudad de México, entre ellos, Frederic Amat, Joan Miró, Pierre Soula-gesy Robert Motherwell.

Activo como curador en la pasada década de los años noventa, Miguel Cervantes sobresalió de 1991 a 1998 por sus colaboraciones con el audaz y entonces recientemente inaugurado Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco). Notorio por la vinculación que estableció entre la escena mexicana y la emergencia creativa y curatorial de circulación internacional, el Marco inició sus actividades con la emblemática muestra pictórica que co-curaron Cervantes y el australiano Charles Merewether bajo el título de Mito y magia en América: los ochenta.

En tanto pintor, Miguel Cervantes desarrolló un lenguaje sem i-abstracto de potente, elegante y contenida expresividad cromática. Con una poética estructurada a partir de manchas y manchones invadidos de luz, su obra final abandonó las evocaciones paisajísticas, atreviéndose a presentar gestos sem ¡figurativos que oscilaban entre la corporeidad y la sugerencia de fluidos. Trabajadas en agresivos tonos naranjas, las pinturas con óleos diluidos que...

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