Militares le disparan a una joven y la presionan para que les dé su "perdón"

AutorGloria Leticia Díaz

NUEVO LAREDO, TAMPS.- En cama, con dificultades de movilidad por el intenso dolor provocado por la incisión quirúrgica que le atraviesa el tórax, Yéssica Guadalupe Medrano Hernández sostiene su acusación contra elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena):

"Me dispararon sin motivo y cuando caí llegaron a darme de patadas. Un paramédico de ellos llegó a ayudarme y otro soldado le gritó: '¡Déjala que se muera la perra, se la va a llevar la verga!'. También escuché a una señora que les decía a los soldados que me dejaran, que no era animal", recuerda en entrevista la mujer de 21 años.

En su casa, situada en un barrio popular, Yéssica, madre soltera de dos niños, uno de cuatro años y otro de 15 meses, narra la agresión que sufrió el 29 de diciembre a plena luz del día, cuando ella y una amiga circulaban en su auto Honda gris; cómo fue acusada de portar cartuchos y cargadores de arma de fuego y la forma en que oficiales de la Sedena la presionaron para "otorgar el perdón" a los militares que la agredieron, tras reconocer el error de éstos.

El ataque, que tuvo lugar los últimos días de 2018 en Nuevo Laredo -una de las ciudades con mayor presencia castrense en los últimos 12 años-, ocurrió en medio del debate por darle carácter constitucional a la militarización de la seguridad pública mediante la creación de la Guardia Nacional.

Acompañada por su mamá, Nancy Hernández, Yéssica rememora el 29 de diciembre: se sintió aterrada cuando escuchó disparos y vio gente correr por las calles, por lo que ella y su amiga Rubí no dudaron en salir del auto para escapar.

"Albajarme yo, me dicen los soldados que me pare. Cuando volteo, veo cuando uno de ellos se hinca para dispararme. Yo no traía nada y empecé a correr otra vez. A media cuadra siento que me pegan del lado derecho; caí junto a un carro y me empezaron a pegar, querían que prendiera un radio que ellos traían en la mano y les dije que no: 'Eso no es mío, no lo voy a agarrar'. Empezaron a darme patadas en el pecho", cuenta, a punto de llorar.

Intervenida en el Hospital General de Nuevo Laredo para extraerle una esquirla del riñón, Yéssica despertó horas más tarde con un cambio radical en su vida: se le acusaba de transportar dos cargadores y 62 cartuchos calibre .223, cinco de ellos percutidos, por lo que estaba detenida. Esos cargos se los leyó el titular de la Agencia Segunda Investigadora de la Procuraduría General de la República (PGR), Jorge Alberto Quintero Ponciano.

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