Mina de oro papa el cine y la tv

AutorColumba Vértiz De La Fuente

Y por supuesto Sinaloa, la tierra de Joaquín El Chapo Guzmán, aparece en ellas.

El conflicto en el cine ha sido plasmado desde hace muchísimos años. Según Eduardo de la Vega Alfaro, historiador especializado e investigador de la Universidad de Guadalajara, un ejemplo es El puño de hierro (1927), de Gabriel García Moreno.

En plática con Proceso, dice que en los cuarenta, "a imitación del cine de Hollywood", se realizaron cintas como Los misterios del hampa (1944), de Juan Orol, y Carta brava (1948), de Vicente Oroná.

"Incluían escenas desarrolladas en fumaderos de opio, concebidos como espacios de la depravación moral, física y social de los asiduos consumidores de esa droga, proveniente del exótico oriente. Durante esa misma época, en la muy popular, canónica y emblemática cinta Nosotros los pobres (1947), de Ismael Rodríguez, aparecía un torvo consumidor de mariguana, magistralmente interpretado por Miguel Inclán. Era el padrastro de Celia, La Chorreada.

La mariguana propiamente, dice, apareció en El monstruo verde, realizada en 1936 por José El Che Bohr:

Los narcotraf¡cantes también solían ser vistos como villanos, es decir, sórdidas encarnaciones del mal que merecían la muerte o el encarcelamiento perpetuo. Cito los casos No me quieras tanto (1949), de Chano Urueta, y Frontera norte (1952), de Vicente Oroná.

En los años setenta surgieron más filmes. Especifica:

Al final del sexenio de Luis Echeverría, con el muy exitoso caso de contrabando y traición, Camelia la texana, de Arturo Martínez, cinta que tuvo varias secuelas, se consolidó con otras películas también taquilleras, sobre todo en el norte del país y el sur de Estados Unidos. Las dos partes de Pistoleros famosos, ambas realizadas por José Loza Martínez en 1980 y 1981, respectivamente, dieron origen al subgénero del Cabrito western.

El también investigador de cine Hugo Lara coincide con De la Vega Alfaro en que el tema del narco tomó auge en la pantalla grande durante los setenta y ochenta:

Era un cine de acción que consagró a figuras populares, como los hermanos Almada, Alvaro Zermeño, Lorenzo de Monteclaro y muchos más. Algunas de esas cintas se agrupan bajo el término de Cabrito western, con títulos como Pistoleros famosos, El traficante, El regreso del carro rojo, entre decenas de títulos que en general eran de factura rudimentaria y de producción limitada.

Resalta en entrevista que era un cine de corte popular, con música norteña y folclor regional:

"Pero hablaba de una...

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