Sin "ministerio pastoral", el legionario abusador del Instituto Cumbres

AutorIrene Savio

ROMA.- En el noviciado de Salamanca, España, donde vivió después de ser desterrado de México, no había muchos datos que revelaran que el legionario Fernando Martínez Suárez había sido acusado de abuso sexual.

"Fíjese que nadie nos lo dijo. Yo lo supe años después, aunque pues siempre me llamó la atención que estando él allí, nosotros casi nunca lo veíamos. Se pasaba el día en su cuarto, haciendo cuentas, aislado de la comunidad", cuenta a Proceso el exlegionario Alberto Lesso Arredondo, y añade que en esos años en ese centro de los Legionarios de Cristo vivían varias decenas de jóvenes menores de edad.

Lesso llegó a Salamanca en 2000, a los 16 años, y se fue de ahí en 2004. Tres años después Martínez pasó de ejercer meras funciones de contable y encargado de las compras a obtener también el encargo de confesor del noviciado de Salamanca, que finalmente el legionario abandonó en 2016, cuando fue enviado a Roma. En esa ciudad supuestamente se encuentra ahora "sin ministerio pastoral", según una nota proporcionada el miércoles 8 por los Legionarios de Cristo.

"Recuerdo incluso que lo pusieron en el tercer piso del edificio principal, en una habitación junto a la de José Luis Díaz Ati-lano, quien llegó en 2001", narra Lesso.

-Atilano... ¿el legionario condenado en Chile por abuso de menores? -se le pregunta.

-Ese mismo. Y en ese mismo piso también vivían en celdas novicios, algunos menores de edad -cuenta Lesso, quien finalmente abandonó la legión en 2010, a sus 25 años, tras trabajar también en la oficina de comunicación y otros departamentos de la Dirección General de los Legionarios de Roma.

"Además, entre Atilano y Martínez había trato. Iban de paseo, hacían excursiones. No tenían nuestras mismas actividades", coincide el exseminarista Héctor Castro, quien vivió en Salamanca entre 2001 y 2005.

Lesso dice que su fuga se produjo tras conocer muy de cerca los escándalos de la Legión de Cristo, la organización ultra-conservadora nacida en México, blanco de acusaciones que continúan repitiéndose una y otra vez, ahora también bajo el paraguas del movimiento #MeToo.

Ello ocurrió gracias al testimonio de Ana Lucía Salazar, una cantante y presentadora mexicana que el pasado jueves 2 se convirtió en la primera mujer en México en denunciar públicamente y sin filtros los abusos de un miembro de la ya desprestigiada organización católica: precisamente, Fernando Martínez.

El guanajuatense nacido en 1939, según el relato de Salazar, abusó de ella entre...

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