Ministra Romoísta

AutorDenise Dresser

Porque si los criterios hubieran sido la excelencia profesional, por encima de la cercanía personal, Ana Laura Magaloni hubiera sido electa sin miramientos, sin chistar. Su trayectoria es ejemplar y su comparecencia lo demostró. Dio una cátedra constitucional, demostró su conocimiento sobre los profundos problemas que enfrenta el Poder Judicial, proveyó una visión propositiva para la Suprema Corte que queremos y el país necesita. Habló de cómo la historia ofrece pocas oportunidades para impulsar grandes cambios sociales y cómo el Poder Judicial debe acompañarlos. Diagnosticó al México torcido con una justicia podrida. Subrayó la importancia de tener -en la Suprema Corte- a un árbitro creíble, legítimo a imparcial, que explique, que pacifique, que convenza. Expuso el imperativo de abrir las instituciones de justicia a los millones de mexicanos que viven sin la protección de la ley. Y finalmente destacó la necesidad de establecer límites al ejercicio del poder; "asegurar que el impulso de cambio social no desborde los límites que establece nuestra Constitución".

Asumió una posición progresista, de avanzada, consistente con el cambio exigido que el presidente promete y la 4T dice enarbolar. Hubiera sido la ministra ideal para este contexto social. Pero en lugar de designarla, se tomó la decisión de relegarla. Porque poco importó su profesionalidad, su progresismo, su congruencia con las mejores causas. Se trataba de colocar en la Corte a alguien que impulsara la agenda política del presidente, no la agenda de transformación de la justicia, liderada por la Suprema Corte. Se trataba de asegurar la cercanía por encima de la autonomía. Y por ello, la selección de Ríos Farjat que había sido empleada directa de AMLO. Una mujer profesional -sin duda- pero quien ya llevaba un año siguiendo las indicaciones presidenciales en el SAT. La titular de una institución que colaboró para congelarle las cuentas al cuestionado exministro Medina Mora para que se fuera del puesto, y descongelarlas después para que permaneciera impune.

Y ahora, gracias a la investigación de la periodista Peniley Ramírez, conocemos las motivaciones reales detrás de su designación. La cercanía de Ríos Farjat con Alfonso Romo. El cabildeo de Julio Sche-rer, asesor jurídico del presidente, en su favor. La omisión de detalles importantes de la ahora ministra en su declaración patrimonial. Ahí declaró de manera ambigua haber sido "asesora jurídica independiente" entre 2011 y noviembre de...

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