Mitos sobre el uso de armas

AutorErnesto Villanueva

Primero. "La posesión y la portación de armas de fuego son un peligro para la sociedad, habida cuenta de que han causado muertes dentro de casas y en lugares públicos". Esta afirmación es muy relativa. Curiosamente las incidencias de este tipo se dan tanto en Estados Unidos con una ley liberal que en México con una regulación muy restrictiva. En Estados Unidos, los accidentes ocasionados por el mal uso de las armas de fuego en los que se encuentran menores involucrados matan de 10 a 20 niños menores de cinco años anualmente, que es aproximadamente la misma cantidad de niños que mueren por la ingesta de suplementos de hierro recetados a las madres después del parto. Los menores de 16 años se encuentran 351 veces más propensos a ahogarse en sus propios domicilios debido a accidentes en las bañeras o en las albercas, que a morir por un accidente con arma de fuego.

Bajo el comentado argumento también deberían requerirse licencias para poseer bañeras y albercas, pues causan más muertes en menores que las armas de fuego, con la gran diferencia de que las bañeras y albercas no disminuyen los delitos. Adicionalmente puede afirmarse que son tan pocos los casos, que se vuelven noticia. Si, por el contrario, ocurrieran muy frecuentemente, dejarían de ser de interés periodístico.

Segundo. "Las campañas del gobierno consistentes en intercambiar armas de fuego por despensas constituyen un paso positivo para erradicar la violencia". Lo anterior es totalmente falso, y paradójicamente pareciera una política auspiciada por el crimen, organizado o no. De entrada, como es lógico, tales campañas son un fracaso en lo que se refiere a resultados concretos, pero alimentan la idea de asociar armas de fuego con maldad, delito y muerte.

Paradójicamente, si dichas campañas fueran efectivas, generarían el efecto contrario al publicitado. Lo que harían sería facilitar el trabajo de los delincuentes para violentar la integridad, la vida y el patrimonio de las personas. A mayor indefensión de las familias, mayores son los riesgos de que sus integrantes sean asaltados, violados o asesinados. En contraparte, de acuerdo con la teoría del desplazamiento, un hogar con armas de fuego sería menos atractivo para los delincuentes que otro que careciera de todo medio de defensa. Es público y notorio que lo que no haga el ciudadano por sí mismo jamás lo van a hacer las fuerzas del orden, que son percibidas por la sociedad mexicana como no confiables y corruptas.

La Segunda Encuesta...

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