Mitos y verdades del recorte a universidades

AutorErnesto Villanueva

Veamos qué pasa en realidad.

Primero. Desde hace tiempo y de manera más reciente las universidades públicas, al amparo de la "autonomía" (la mayor parte legal, no constitucional) han ejercido recursos sin mayores límites que su propia imaginación. De entrada, una parte sustantiva de las universidades incumple -sin consecuencias negativas- sus obligaciones de transparencia, imprescindibles para llevar a cabo un ejercicio de rendición de cuentas. La información en sus portales suele estar atrasada o no existe, lo que crea un caldo de cultivo para la corrupción y la impunidad, con las honrosas excepciones de siempre.

Segundo. Estas universidades han generado un espíritu de cuerpo para posicionar mensajes con medias verdades y mentiras completas: "¿Cómo es posible un recorte a la educación superior?", preguntan y acusan. Pero no explican cómo se ejercen esos recursos públicos. Tampoco dicen, como la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), a dónde han ido a parar los recursos públicos recibidos y que nunca llegaron al núcleo sustantivo de una universidad: la docencia y la investigación. Esa parte, la de las explicaciones de por qué están como están financieramente hablando, pretenden dejarla debajo de la alfombra y se concentran en el más efectista mensaje del "recorte a la educación", que así dicho despierta empatía por el desconocimiento de lo que hay detrás.

Tercero. No se dice, por ejemplo, que varias de las universidades que más gritan por recursos no lo hacen en razón y medida de mejorar la calidad educativa, sino de mantener los privilegios de sus directivos; rectores que se autoasignan sueldos y viáticos superiores incluso a los de los secretarios de gobiernos estatales; compra de consumibles y mantenimiento de equipo de cómputo que pueden justificarse con la simple firma del empleado útil para esos propósitos; lavado de dinero con instituciones públicas y privadas mediante el que reciben recursos económicos, cobran una comisión y regresan la parte restante al socio, como lo ha puesto al descubierto la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en muchas universidades, especialmente en la UMSNH.

Cuarto. El dirigente de los trabajadores de la UMSNH, Eduardo Tena, ha demostrado cómo el dinero que llega de la federación y del gobierno del estado se esfuma por los negocios del rector, Medardo Serna, y su operador financiero, Héctor Pérez Pintor, quienes en un solo rectorado han puesto en crisis no sólo las finanzas, sino la...

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