El mosaico latinoamericano

En un ambiente de crisis en el cual, país por país, América Latina se ha ido convirtiendo en un polvorín, José Mujica acepta repasarlos en breves palabras, no sin poner como contexto la civilización global y los problemas que aquejan al mundo entero, entre ellos, lo que llama “la cultura de la ansiedad” por el consumo desmesurado, por comprar cosas con la falsa idea de la necesidad. Ocurre lo mismo en Alemania y Japón, en Jamaica o Argentina, dice, con el añadido de otra tendencia global: la gente vota frecuentemente en contra de lo que hay, por inconformidad. Estos son las situaciones de los países que el expresidente, a falta de más tiempo, alcanza a mencionar.

Uruguay

Es una islita en América Latina, pequeña, que ha tenido que aprender a vivir, ir de puente, entre dos países colosales (Argentina y Brasil). Ha tenido un gobierno más o menos de centro izquierda, que acaba de perder las elecciones por unos 20 mil votos. Tres gobiernos consecutivos, hay una coalición de cinco partidos de centro derecha, vamos a ver, todavía no hay nuevo gobierno, no puedo juzgar. No es un país de cambios muy abruptos, ni para un lado ni para el otro. Diría que la derecha del Uruguay es casi un centro en otro lugar. Y la izquierda es una izquierda de centro. Los viejos revolucionarios somos leones vegetarianos.

Chile

Es la culminación del proyecto neoliberal que se implantó a fondo en la época de Pi-nochet y esencialmente se mantuvo. Además, es un país que tiene cobre. Eso hay que ponerlo aparte porque es un material limitado y estratégico. Los macronú-meros son muy buenos, la gente vive mal. ¿Por qué? Porque todo es mercado, no han construido bienes públicos: La salud es negocio, el agua es negocio, la jubilación es negocio, la enseñanza es negocio, todo es negocio. Entonces no tienen acceso a los bienes del mercado por limitaciones y enormes dificultades y eso ha terminado en una explosión, porque las diferencias son muy palpables, muy notorias.

Es el fruto amargo del proyecto neoliberal: Una sociedad con cierto grado de desarrollo interesante, con una concentración de la riqueza fabulosa y sin bienes públicos que amortigüen las contradicciones. Es exactamente lo contrario del Uruguay. Uruguay que ha tenido históricamente, no nosotros, pensión a la vejez en 1912 y le dio el divorcio a la mujer por su propia voluntad en esa época, reconoció la prostitución en 1907 y nacionalizó la producción de energía eléctrica hasta hoy, en 1910, y así sucesivamente. A...

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