¿Muerto, vivo? Simplemente, un desaparecido más

AutorDiego Enrique Osorno

PROGRESO, COAH.- La carroza de la funeraria García es seguida de madrugada por un convoy de camionetas con hombres armados. Adentro van los restos de otro muerto de la guerra de Calderón. Pero no es un muerto más: es el supuesto cadáver de uno de los Señores de la Guerra, el de Heriberto Lazca-no Lazcano, líder de Los Zetas abatido 12 horas antes frente a un campo de beisbol de este perdido pueblo coahuilense.

Desaparecer es un verbo que se volvió común en esta región del país en los años recientes: Desaparecen por completo los cuerpos policiacos locales (como en este municipio), desaparece la última letra del abecedario de los titulares de los periódicos y desaparecen personas cada semana. ¿Por qué sería raro que desapareciera también un cadáver, si aquí desapareció ya el asombro ante lo anormal?

En el noreste de México las historias de matanzas y miedo son de sobra conocidas. Y se tiene la certeza de que aún no se conoce todavía lo peor. No se han descubierto todos los cementerios secretos a los que son arrojados cuerpos acribillados de todos los bandos. En Coahuila oficialmente hay mil 700 desapariciones forzadas. Mil 700 probables cadáveres perdidos a los que habrá de sumarse ahora el de un cabo de infantería desertor cuyo apodo menos conocido era El Pagua. Pagua, que significa aguacate grande y desabrido.

Durante los días siguientes a la confirmación oficial de la supuesta muerte de Heriberto Lazcano, en el árido norte de Coahuila se veían más infantes de Marina que en las ciudades costeras del Golfo de México. Pese a que habría protagonizado el golpe más importante del último tramo del gobierno de Felipe Calderón, la tropa destacada aquí no daba muestras de júbilo. Al contrario, se percibía aflicción, la sensación de que la batalla ganada alrededor de un campo llanero fue algo en vano.

Perder el cadáver de quien las autoridades federales tienen como el líder de Los Zetas no es el primer traspié oficial en el que se ve involucrada la Secretaría de la Marina: semanas antes de la reciente elección presidencial presumió la captura del hijo de El Chapo Guzmán, pero resultó ser un vendedor de autos usados en Guadalajara, cuyo padre era un agricultor de Durango.

En comparación con otras fuerzas de seguridad, son pocos los yerros que, por ahora, se le conocen a la Marina. Sin embargo, por mucho, son los más notorios y significativos de todo el sexenio.

¿El error se debió a que la muerte de Lazcano fue un asunto fortuito? ¿De verdad murió el líder de Los Zetas?

En estos pueblos coahuilenses circulan versiones de todo tipo. Unas más estrafalarias que otras. Está la de que el cadáver que aparece en las fotografías difundidas es en realidad el de un escolta de Lazcano, de apodo El Coyote, o bien la de que el líder de Los Zetas estaba malherido y fue sometido con vida, sólo para luego ser liquidado de un balazo en la cabeza por los marinos enardecidos porque uno de ellos habría sido herido durante la refriega.

Especulaciones. Versiones que lo único que prueban es que si no aparece nunca su...

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