Mujeres, las constructoras del arte en México

AutorBlanca González Rosas

Ya sea en actividades relacionadas con la economía del arte, la innovación museística, el discurso crítico o la gestión gubernamental, las mujeres han sobresalido a partir de los años treinta del siglo XX.

Desde una perspectiva cronológica, el primer territorio en el que sobresalen es en la construcción del mercado mexicano del arte. Desde la primera galería que hubo en nuestro país -la Galería de Arte Mexicano, abierta en 1935 en la ciudad capital y dirigida por la emblemática Inés Amor (1912-1980)- hasta las primeras ferias internacionales de arte contemporáneo realizadas en territorio nacional, las mujeres han sido visionarias audaces de las posibilidades comerciales del arte.

En 1992, cuando apenas se iniciaba la reproducción global de las ferias, la promotora Gabriela López Rocha fundo la Expo-Arte Guadalajara en la capital tapatía. Vigente hasta 1998, el evento sobresalió como una plataforma en la que el cambio de paradigma artístico se expandía entre incipientes propuestas post-conceptuales y curadores pioneros que, a través de los encuentros realizados en el Foro Internacional de Teoría del Arte Contemporáneo (FITAC), discutían y se introducían en el predominio del discurso. Y si bien la Expo-Arte Guadalajara no pudo continuar, en 2002 otra mujer, Zélika García, asumió el reto de iniciar un nuevo proyecto ferial que se mantiene hasta la actualidad: ZONA MACO, una feria que se inició en Monterrey con el título de Muestra y que, después de una edición en la CDMX, cambió en 2004 a Zona Maco.

En el ámbito museístico las mujeres también han sido constructoras esenciales, tanto de recintos como de mecenazgos y servicios innovadores. La primera en sobresalir es Carmen Barreda (1908-1991), pionera en la fundación de patronatos institucionales y creadora, en el Salón de la Plástica Mexicana (SPM), de un modelo de administración gubernamental que se basó en el establecimiento de reglamentos de operación, metas concretas y la alianza no lucrativa con la iniciativa privada, Barreda, desde que fue su directora de 1952 a 1955, vislumbró la urgencia de crear un museo mexicano de arte moderno: a pesar del reconocimiento internacional que tenían los artistas nacionales, nuestro país, a diferencia de otros latinoamericanos, como Brasil y Argentina, no contaba con un recinto de este tipo. Para solucionar la carencia, Barreda gestionó con el presidente Adolfo Ruíz Cor-tines (1952-1958) su ubicación, y fundó la asociación civil Patronato del Salón de la...

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