Los murales de Diego: De Echeverría a Elba Esther

AutorMathieu Tourliere

Si bien la censura busca aniquilar las obras polémicas de los artistas, en el caso de Diego Rivera salvó ocho tesoros de las llamas. Descolgados de los muros de un edificio decrépito, éstos pasaron de manos entre diferentes coleccionistas privados -destaca el expresidente Luís Echeverría-y ahora reposan en cajas de cartón selladas, como parte de los cuerpos del delito en la investigación por lavado de dinero que lleva a cabo la Procuraduría General de la República contra Elba Esther Gordillo Morales.

Se trata de cinco murales -Guerra Mundial, La nueva libertad, Industria moderna, Mussolini y Defensa de la tierra de los trabajadores-, fragmentos de Retrato de Norteamérica, obra maestra de 21 paneles movibles que realizó Rivera en Nueva York entre julio y diciembre de 1933.

Tres murales más de Retrato de Norteamérica tomaron otro camino: el que formó parte central de la obra, Unión proletaria, se encuen-tra en el Museo de Nagoya, Japón. The New Deal está expuesto en el Museo Skisser-na de Lund, en Suecia. Fuerzas de resistencia contra el fascismo -hasta donde se pudo rastrear-, pertenece a una colección privada de Nueva York.

Criticado

En mayo de 1933, mientras pintaba el mural por el cual le había contratado el banquero Nelson Rockefeller en el Radio City Center de Nueva York, Rivera se encontró en medio del fuego cruzado de la crítica.

Por un lado, los sectores burgueses estaban furiosos desde que su obra "comunista", además de presentar la decadencia de la alta sociedad, incluía el retrato de Lenin.

Por parte de su bando izquierdista, el muralista recibía ataques frecuentes del Partido Comunista estadunidense, que denigraba al "artista de los millon-rios" - de Morgan, Rockefeller o Ford-, a través de sus periódicos como The New Masses o The Daily Worker.

Ante la negativa de Rivera de eliminar la figura de Lenin, Rockefeller lo despidió con sus asistentes y cubrió la obra no terminada de largas mantas.

"Como el contrato implicaba una intermediaria, Rockefeller pagó a Rivera hasta el último centavo del mural", recordó la especialista Raquel Tibol en entrevista con Proceso.

Escaldado por las críticas -de ambos frentes-, Rivera decidió utilizar estos fondos para volver a pintar la obra abortada, esta vez en la New Workers School de Nueva York, sede del Partido Comunista de Estados Unidos de oposición (PCO) que fundó su amigo -y futuro biógrafo- Ber-tram Wolfe junto con otro teórico de izquierda, Jay Lovestone.

Al igual que Rivera, los miembros del PC(O) fueron expulsados del Partido Comunista en 1929, a raíz de las purgas que llevó a cabo el Komintern desde Moscú. Stalín buscaba eliminar el "peligro derechista" de sus filas, encarnado por las corrientes trotskistas y críticas del "fascismo social" estalinista.

En la New Workers School, los trabajadores recibían "entrenamiento para la lucha de clases". Anunciaba un folleto: "Lecciones durante las tardes de historia económica, teoría comunista, estrategia y tácticas de la lucha de clases, etcétera..."

El "edificio viejo y sucio" de la New Workers School se ubicaba en el número 51 de la calle 14 Oeste de Manhattan. Cuando subió por primera vez "las escaleras de hierro, tan escarpadas como las de las pirámides de Uxmal o de Teotihuacan" y entró en el salón principal, Rivera se dio cuenta de que el espacio reducido no le permitía reproducir el mural del Rockefeller.

Obra maestra

Imaginó entonces Retratos de Norteamérica: un proyecto en el que narraría la historia de Estados Unidos a través de figuras simbólicas que ilustrarían el nacimiento, el desarrollo y la madurez del capitalismo. Al mismo tiempo pintaría la reacción al advenimiento del modelo productivo, encarnada por movimientos sociales. En-focaría resueltamente su visión histórica hacia la lucha de clases.

Al formar su proyecto, Rivera todavía ignoraba mucho de la historia estadunidense. Betram Wolfe se dedicó a familiarizar al muralista con sus acontecimientos y sus actores principales.

En la biografía que consagró al muralista, La fabulosa vida de Diego Rivera, Wolfe relata el arduo trabajo de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR