El muro ecocida

AutorLourdes Cárdenas

EL PASO, TEXAS.- Desde la cima del Emoiy Peak, el punto más alto del Parque National Big Bend, en el suroeste de Texas, puede apreciarse lo que algunos describen como el ecosistema más grande y diverso de América del Norte.

En ese punto, a 2 mil 387 metros de altura, es posible admirar la majestuosidad rosada de la sierra Maderas del Carmen, de Coahuila; las altas y rocosas paredes del Cañón de Santa Elena, en Chihuahua; y los picos de la sierra de Chisos, en Texas. Abajo, cruzando lentamente, como una sinuosa e infinita serpiente, está el río Bravo -o Grande, dependiendo desde dónde se le mire- que delimita la franja fronteriza entre Estados Unidos y México.

El Parque Nacional Big Bend ocupa 324 mil 219 hectáreas en Texas y es el hogar de más de 400 especies de aves y 75 de mamíferos, entre osos negros, pumas y ocelotes. En ese territorio residen más de 50 variedades de reptiles y crecen cerca de mil 200 especies de plantas, entre ellas 60 tipos de cactus. Además es el habitat de 11 especies de anfibios, 40 tipos de peces y unas 3 mil 600 variedades de insectos.

En algunas áreas del Big Bend, como en Santa Elena, la frontera la delimitan las paredes rocosas y verticales del cañón. Los turistas cruzan a pie el río para fotografiarse y presumir que estuvieron en Chihuahua. Les toma menos de medio minuto volver a Estados Unidos. El muro aquí es natural, no tiene propósitos políticos y sirve al ciclo natural de la vida silvestre y de la fauna.

Pero la viabilidad y conservación de este ecosistema, así como de la ñora y la fauna a lo largo de toda la frontera, es la preocupación de grupos ambientalistas y opositores a la construcción del muro propuesto por Donald Trump para detener la inmigración ilegal a su país.

Fauna en riesgo

En esta zona, la vida y reproducción de la fauna depende de la libertad de movimiento de los animales.

El oso negro, por ejemplo, prácticamente había desaparecido del Big Bend desde mediados de los noventa, pero en los ochenta, una osa que llegó desde la reserva de la biosfera de Maderas del Carmen hizo posible la recuperación de la especie en Texas.

Hoy, según datos del parque nacional, viven en ese habitat unos 12 osos negros. Lo mismo ha sucedido con otras especies de mamíferos que cruzan la frontera en busca de una pareja para reproducirse. El muro limitaría su movilidad y afectaría los esfuerzos binacionales de recolonización.

"Hay muchas razones por las cuales construir un muro a lo largo de la frontera con...

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