La música en cuarentena (II)

AutorSamuel Máynez Champion

De manera tácita se piensa que en los albores de la vida humana surge el ritmo musical -de hecho, en todo lo creado hay siempre una escansión rítmica implícita-, y éste fue producto de algún movimiento, voluntario o no, de percusión. No sobra precisar que el efecto de cualquier ritmo vigoroso sobre nuestro cuerpo y psiquis nos remite de inmediato a una sensación instintiva de movimiento primordial. Sin embargo, tenían que transcurrir miles de años para que nuestros antepasados pudieran codificar por escrito los ritmos que primero tocaron y, mucho después, cantaron. Estamos hablando de que fue alrededor del año 1150 cuando comenzó el desarrollo de lo que en Occidente se conoce como "música medida", y esto ocurrió durante el mayor florecimiento del Canto gregoriano.(1)

Antes de eso, desde la Grecia clásica hasta el Medioevo, el ritmo de la música era "natural" y provenía de aquel lenguaje, tanto hablado como cantado (es claro que en esta rápida relación histórica tenemos que soslayar la música sin notación, que es aquella de las tradiciones orales de todos los pueblos del planeta, misma que, de cualquier manera, posee a veces una complejidad rítmica tal, que es imposible su fiel transcripción al pentagrama).(2)

Los primeros ritmos que lograron transcribirse fueron los que tenían una regularidad constante, muy distintos de la variedad rítmica del habla, y con ello se consiguieron avances importantes: la gradual independencia de la música con respecto a la palabra,(3) la posibilidad de tener músicas con estructura rítmica autónoma, su reproducción exacta al paso de las generaciones y el nacimiento de la polifonía(4) y, por ende, del contrapunto(5), cosa que habría sido impensable sin una medición rítmica precisa.

Para entender qué es una "medición rítmica precisa", basta con imaginarnos el ritmo que marcamos con los pies al caminar: Uno-dos, uno-dos... Llegados a este punto es imperativo que desglosemos los valores rítmicos, y para esto necesitamos recordar los famosos "quebrados". La figura que llamamos Redonda, o unidad, tiene el valor de 4/4, esto es, que dura la pulsación de cuatro tiempos, dentro de un compás.(6) Después tendríamos -dentro de la división binaria- la figura que dura 2/4 que es la Blanca, luego la Negra de 1 /4 y de ahí pasamos a la de 1 /8 o Corchea, a la de 1 /16, o Semicorchea, a la de 1 /32 o Fusa y a la de 1 /64 o Semifusa. Para captar la velocidad de esta última, imagine el lector que mientras da cuatro pasos lentos...

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