Música en cuarentena (primera parte)

AutorSamuel Máynez Champion

Téngase presente, como lo refieren los estudiosos de la conducta humana, que reside en la actitud que se asume frente al devenir, particularmente cuando es adverso, el meollo de su provecho, o bien, de su intrascendencia. Al respecto, recordemos dos ejemplos que están en boga: el de Shakespeare quien, viéndose forzado a guardar encierro por la amenaza de una de las terribles pestes negras de su era, optó por ponerse a escribir, en vez, obviamente, de lamentarse, deprimirse o irse, con pánico, de compras, produciendo nada menos que Macbeth y el Rey Lear. Y, por supuesto, el del flautista aficionado que estudiaba ciencias en Cambridge, quien fue regresado a su casa para evitar los estragos de otra plaga apocalíptica, encontrando en ello el tiempo para reflexionar sobre los temas científicos que lo apasionaban.

Hablamos, ciertamente, del joven Isaac New-ton y, en específico, del surgimiento de sus teorías sobre la óptica y la gravitación universal, y de su invención del cálculo infinitesimal.

Así pues, nos atrevemos a sugerir que, en cuanto a la decisión de cómo "pasar" ese temido tiempo "muerto", podrían alternarse las horas frente a la televisión, los celulares y las computadoras con más lecturas edificantes y con emprender esos aprendizajes básicos que, a la larga, nos hacen enorgullecernos de nosotros mismos.

Si usted, reverenciado lector, es de aquellos que dicen: "me gusta mucho la música culta, pero no la entiendo", entonces le pedimos que no aparte sus ojos de estas líneas. Igualmente, si usted no pertenece al improbable grupo de los "sordos musicales" -que sí los hay, siendo definidos como sujetos incapaces de distinguir la diferencia entre la altura de un sonido y otro, algo así como una especie de daltónico para la pintura-, entonces tampoco se aleje de lo que estamos por ofrecerle... En suma, le pedimos encarecidamente que si cree poseer algún complejo de inferioridad en lo que concierne a sus "conocimientos" musicales, que lo deseche de tajo, ya que con buena probabilidad es improcedente. E iría de por medio una promesa, aunque sin juramentar.

A manera de introducción, permítasenos delinear algunos conceptos clave. La música, aparte de ser un arte que vive en el tiempo, es una concepción idealmente tripartita, esto es, que requiere de una substancia sonora esculpida por alguien (el compositor), de un intermediario que la pone en vibración (el sacrificado intérprete), y de un destinatario que la recibe, o la desestima, en toda su...

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