Nace una grande

AutorRaúl Ochoa

Es fría, introvertida y poco amiguera. Incursionó fugazmente en el atletismo, donde quiso ser vallista, pero por una lesión en las rodillas terminó en la esgrima y en apenas cuatro años ya logró lo que ningún otro exponente nacional de esta disciplina había conseguido desde que Pilar Roldan se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de México 68.

Vanessa María Infante Galván, Vanesso-ta, como la conocen en Tamaulipas, su estado natal, ganó medalla de bronce en la categoría sub-17 en el Campeonato Mundial Juvenil de Esgrima en Porec, Croacia.

La nueva referente de la esgrima nacional, originaria de Ciudad Victoria, tiene miopía y astigmatismo, al igual que sus padres y sus dos hermanas. De hecho, Vanessa utiliza lentes desde la primaria.

El uso de los anteojos no le representa ningún impedimento para desarrollar sus actividades deportivas. "Aveces me caía al saltar las vallas, ya fuera porque no daba bien los pasos o simplemente porque no medía la altura de los obstáculos, de modo que mis piernas chocaban con éstos. Era muy molesto traer los lentes puestos, pero ahora como adolescente caigo en la cuenta de que nunca me han molestado. Incluso forman parte de mi personalidad".

A su madre, María Guadalupe Galván, le debe haberse aficionado al deporte desde que tenía tres años, cuando decidió inscribirla en clases de natación. Incursionó en el atletismo cuando estaba a punto de cumplir 11 años, posibilidad que surgió del programa de selección de detección de talentos deportivos que aplicó Vladimir Ortiz Gómez, actual director de Alto Rendimiento de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), en las escuelas primarias de Ciudad Victoria.

"Me seleccionaron y me dieron la oportunidad en el atletismo, especialmente en las vallas, mi disciplina favorita", cuenta Vanessa, quien aún tiene frescas las palabras de su madre cuando le advertía que asumiera la disciplina deportiva como un serio compromiso, ya que no deseaba que a la semana siguiente le saliera con excusas para no continuar. "Dicho y hecho: a los ocho días ya no quería seguir porque me sentía demasiado agotada. Por mi mamá seguí en el atletismo. Los primeros meses nada más fui como velocista para la prueba de equipos en relevos".

En 2007 representó a Tamaulipas en la Olimpiada Nacional de Puebla. El equipo no alcanzó medalla, pero estuvo cerca del podio. Al año siguiente fue inscrita en 70 metros con vallas y salto de longitud. "Me fue muy bien en las competencias...

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