Los narcos robaban gas a Pemex hasta para exportar

AutorEmilio Godoy

El robo de combustible adquirió una dimensión internacional entre 2006 y 2011, cuando el Cártel del Golfo y Los Zetas robaron condensado de gas de Petróleos Mexicanos (Pemex) en contubernio con empleados de la petrolera, sus contratistas y empleados aduanales, para exportarlo a Texas.

Ante ello, Pemex Exploración y Producción (PEP), filial de la ahora empresa productiva del Estado, entabló tres demandas ante la Corte del Distrito Sur de Texas contra 24 empresas y seis individuos acusados de apropiación indebida proveniente del uso de propiedad robada, enriquecimiento ilegal, recepción de dinero ilícito, conspiración civil para cometer un delito y violaciones de las leyes de Responsabilidad por Robo -de Texas- y la de Organizaciones Corruptas e Influidas por la Mafia.

Pero ese intento por recuperar más de 300 millones de dólares de grandes conglomerados -como BASF Corporation, Shell, Marathon Petroleum y ConocoPhillips- falló, pues Pemex apenas recobró unos ocho millones.

El 10 de junio de 2010 PEP interpuso la querella 4:2010cv01997, el 29 de mayo de 2011 el legajo 4:2011cv02019 y el 10 de abril de 2012 el expediente 4:2012cv01081.

En esos documentos -consultados por Proceso- la empresa relató las operaciones efectuadas por los acusados, la mecánica de la rapacería y los daños económicos padecidos.

En el periodo aludido, PEP operaba unos 2 mil 800 pozos de gas en el Activo Integral Burgos -que se extiende por Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas-, cuyos hidrocarburos fluyen a unas 150 estaciones de recolección y de las cuales los ductos parten hacia tanques en uno de los 52 sistemas de distribución de la filial de Pemex.

De ese ramal, la subsidiaria traslada el material, vía tendidos o carrotanques, a una terminal de almacenamiento en Rey-nosa, Tamaulipas.

El expediente 4:2012cv01081 describe que los miembros de los cárteles hurtaban el condensado de los sistemas de distribución, secuestraban los transportes de PEP e incluso construyeron túneles y sus propios ductos para sustraer el hidrocarburo.

Los importadores estadunidenses adquirían el condensado y enviaban a México camiones cargados con agua pero rotulados como si fuera gasolina. Al trasponer la frontera los vaciaban y los rellenaban con el hidrocarburo robado.

Los exportadores falsificaban documentos de Pemex y hacían pasar la carga como si fuera de solventes, combustible o cualquier otro hidrocarburo y que terminaba en las localidades texanas de Rio Grande, George West, Ingleside, San...

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