Narcoviolencia y feminicidios, parte del inframundo mexiquense

AutorPatricia Dávila

A la sombra del PRI, el Estado de México se convirtió en un campo de batalla de siete organizaciones delictivas; en sus 125 municipios impera la ley del narco y es la entidad más violenta, pues tiene las cifras más altas de todos los delitos.

Los mexiquenses viven con miedo, sometidos a extorsiones, secuestros y asesinatos ante la falta de acciones eficaces de las autoridades para contener a las bandas armadas e incluso la participación de policías en ellas.

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), a la par que se incrementaron alarmantemente las ejecuciones, se dispararon las agresiones contra las mujeres: se registra cerca de un feminicidio y tres desapariciones por día.

Las mismas cifras oficiales indican que en lo que va de 2017 se acumularon en las carpetas de investigación y averiguaciones previas del Estado de México 324 de las 1941 extorsiones reportadas en el país, así como 64 de los 455 secuestros denunciados y 753 de las 8 mil 705 víctimas de homicidio doloso.

En mayo de 2010, cuando Enrique Peña Nieto era gobernador, admitió que algunos de los capos más poderosos del crimen organizado operaban en su terruño: "No han dejado de estar, creo que han estado ahí tiempo atrás", dijo a los reporteros.

Trató de justificarse: "Aquí hay un gran mercado que grupos se están disputando y por otro lado la metropolización del Estado de México con el Distrito Federal hace para muchas cabezas de estos grupos su lugar de residencia y asiento, ante la posibilidad de pasar de manera inadvertida y casi anónima su presencia". De cualquier manera, el actual presidente de la República no contuvo el problema.

En aquel tiempo las autoridades tenían conocimiento de que cinco cárteles (Los Zetas, La Familia Michoacana, Los Pelones -entonces brazo armado del Cártel de Sinaloa-, el Cártel del Pacífico Sur y Los Beltrán Leyva) ya se habían apoderado de una tercera parte de los 125 municipios.

En la versión oficial, las disputas entre esas bandas estallaron en marzo de 2011, cuando en municipios michoacanos aparecieron mantas en las que Los Caballeros Templarios anunciaba su separación de la Familia Michoacana y el inicio de su lucha por las plazas de Michoacán, Guerrero y el Estado de México.

El 3 de marzo de 2013 Proceso publicó el reportaje "¡Esto ya no es vida!", donde José Gil Olmos narró: "El Estado de México comparte con el Distrito Federal cientos de kilómetros como frontera. La línea limítrofe se pierde en...

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