El naufragio de las buenas intenciones

AutorEmilio Godoy

MADRID.- Dos momentos, uno al inicio de la vigésimo quinta Conferencia de las Partes (COP 25) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) y otro al cierre, ilustran la senda que siguió la reunión durante dos semanas de negociaciones duras y decepcionantes.

El primero ocurrió el 2 de diciembre, en la primera jornada de la COP en Madrid, cuando la presidenta de las sesiones, la ingeniera chilena Carolina Schmidt, aceptó la petición de los delegados africanos de reabrir el debate sobre cuál región es más vulnerable a las consecuencias de la crisis climática, cuestión presente por años.

Schmidt ignoró el llamado de varios bloques latinoamericanos a rechazar la petición -el representante de Honduras se quedó con la mano levantada pidiendo la palabra-. Las delegaciones latinoamericanas no se lo perdonaron y ese instante marcó el devenir de las tratativas, cuyo lema fue "Tiempo de actuar".

La segunda instantánea ocurrió en el trayecto final de la COP, la tercera consecutiva que se realizó en Europa, cuando, ante el atasco de las negociaciones, Schmidt pidió el domingo 15 -día y medio después del hipotético cierre de las jornadas- que los negociadores enviaran los últimos borradores de los temas en formato digital, planteamiento que recibió una negativa rotunda.

Los días intermedios fueron una cadena de forcejeos entre las 196 delegaciones de Estados y territorios de la CMNUCC que calentó las instalaciones de la sede, la Feria de Madrid, en el noreste de la fría capital española. Una arista que volvió complejo el proceso fue la existencia de un país con la presidencia de la cumbre (Chile) y otro con el hospedaje (España).

Astrid Puentes, codirectora ejecutiva de la no gubernamental Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente y presente en la COP, menciona "un cúmulo de situaciones" que refleja la perspectiva de gobiernos fuertes, como Australia, Brasil y Estados Unidos, a los que "vimos en acción" en Madrid.

"Si bien algunos países latinoamericanos estaban activos, no había lideraz-go fuerte que compensara el ataque respecto a los acuerdos que ya existían. La Unión Europea no está unida. Al corte de la primera semana, nos dimos cuenta de que temas que considerábamos ya resueltos, como la inclusión de respeto a derechos humanos, eran muy problemáticos. Las cosas no iban a pasar como pensábamos", relata Puentes a Proceso.

En la COP, América Latina no pudo li-derar las negociaciones hacia resultados que...

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