Una niñabien...mala / Una incómoda primera impresión

Para toda mujer, la primera impresión con la futura suegra es una de las situaciones más importantes y planeamos ese primer encuentro hasta el último detalle, por eso, cuando algo sale mal, la sensación de incomodidad nos carcome hasta lo más profundo.

Luego de mucho tiempo de no tener una relación formal, hace un par de semanas al fin me decidí a abrirme por completo y compartir mis aventuras con alguien muy especial, lo que nunca imaginé es que en tan poco tiempo él decidiera que era buena idea salir de fin de semana a algún lado con su mamá y, aunque la noticia me cayó como un balde de agua fría, lo tomé con actitud positiva y acepté el reto.

Por supuesto, yo era un manojo de nervios y aquél se dio cuenta perfectamente bien de lo difícil que este viajecito resultaría para mí, así que con toda la comprensión del mundo me fue facilitando todo para que las cosas fluyeran.

Una y mil veces saqué y metí ropa a mi maleta tratando de decidir con mucho cuidado lo que debía llevar, pero aún seguía un poco alterada y este hombrecito, al verme con tal ansiedad y luego de reír un poco por tal situación me abrazó tiernamente, me alejó de todo el desorden que tenía en su habitación y entre beso y beso me fue llevando hasta la sala en donde ya tenía un par de copas de vino y música para tratar de relajarme antes de que mi futura suegra llegara para iniciar nuestro primer viaje en "familia".

Aquel Malbec me relajó un par de minutos y el calor de sus labios recorriendo mi cuello me hizo cerrar los ojos.

Lentamente desabrochó los botones de mi blusa mientras sus manos heladas recorrían mi piel expuesta. Mis manos lo sujetaban con fuerza del cuello. Ahora era su turno, yo necesitaba también sentir su cuerpo y recobrando la euforia casi arranqué su camisa.

Aún a medio vestir, terminamos los dos revolcándonos en el sillón.

Sin decir nada, metió su mano bajo mi falda y comenzó a tocarme con ligereza subiendo sus dedos por mi pierna hasta toparse con mi tanga.

Sin soltarme, hábilmente cambió su boca de locación y logró empaparme con un oral de antología, pero yo no quería terminar aún, así que antes de disfrutar una explosión orgásmica lo empujé y le retribuí aquel detalle lujurioso hasta sentir su nivel más alto de excitación.

Ese hombre que me tenía extasiada, se lanzó sobre mí, me abrazó con...

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