El terruño de Peña Nieto, incendiado por seis cárteles

AutorAnabel Hernández

En el Estado de México, donde operan por lo menos seis organizaciones criminales, la pelea no es sólo por el control territorial, sino por la población como fuente de ingresos ilícitos a través del narcomenudeo, la extorsión, el secuestro y la trata de personas.

Así lo detalla un análisis elaborado por personal de las áreas de inteligencia de la Procuraduría General de la República (PGR) en los últimos meses de la administración de Felipe Calderón, que retrata la grave crisis de inseguridad y violencia que azota a la entidad gobernada por el priis-taEruviel Ávila.

De acuerdo con el documento, las organizaciones en pugna son el llamado Cártel del Centro y la Nueva Administración -derivadas de la célula de Edgar Valdez Vi-llarreal, La Barbie; La Mano con Ojos, reminiscencia del Cártel de los Beltrán Leyva con la que, según la investigación, aún tienen conexión; La Familia Michoacana; Los Caballeros Templarios, y Los Zetas.

Asimismo, sostiene que las disputas son parte de los reacomodos de las bandas luego de los seis años de la llamada "guerra contra el narcotráfico" iniciada por Calderón. Los enfrentamientos se concentran en los municipios mexiquenses colindantes con Michoacán y con el Distrito Federal, tanto en el oriente como en el norte.

Hoy, se insiste en el escrito al que este semanario tuvo acceso, el Estado de México es un auténtico polvorín. Las organizaciones criminales tienen presencia en al menos 52 de los 125 municipios de la entidad que gobierna Eruviel Ávila.

Y advierte: Las masacres de las primeras semanas del año son hechos "eventuales" e indican el inicio de una abierta disputa por los territorios mexiquenses y su población, pues la violencia llegó ya a localidades que antes no estaban contaminadas.

En la colonia Ahuizotla, en Naucalpan de Juárez -colindante con la delegación Azcapotzalco-, por ejemplo, presuntos sicarios de Los Zetas llevan meses amedrentando por teléfono a los propietarios de negocios. Les piden una cuota mensual para que sigan operando; quienes se niegan son amenazados, explica el dueño de una mueblería, quien se niega a pagarles porque, dice, no tiene el dinero ni quiere volverse esclavo de los extorsionadores.

En Echegaray, una colonia de clase media, los vecinos comentan que recientemente se registró una balacera entre presuntos policías federales por la disputa de un botín que estaba en una casa de seguridad. En Los Remedios, colindante con la Basílica de Los Remedios, las extorsiones también están a...

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