Los niños perdonados de Hitler

AutorYetlaneci Alcaraz

BERLÍN.- Hans V. acababa de cumplir 16 años cuando quedó ciego. La mayor tragedia de su vida sucedió días antes de que la Alemania nazi capitulara ante las fuerzas aliadas el 8 de mayo de 1945. Fue durante uno de los ataques de los bombarderos estadunidenses cuando las esquirlas de una bomba cegaron para siempre a este niño originario de Sajonia.

Como todos sus compañeros de secundaria, Hans V. era auxiliar de artillería antiaérea de la Wehrmacht, el ejército alemán, y a su corta edad tuvo que formar parte de la denominada Generación Flakhelfer (ayudantes de artillería antiaérea), ese grupo de alrededor de 200 mil niños a quienes Adolfo Hitler mandó a la lucha en la última fase de una guerra que ya se sabía perdida.

Como muchos temas y asuntos relativos al pasado nazi, el de la participación de los menores de edad, aún niños, en la guerra promovida por los nacionalsocialistas permaneció durante mucho tiempo silenciado en la opinión pública alemana. En parte porque lo polémico del tema, si bien coloca a esta infancia como víctima, también la apuntala como autora, porque fue justamente esa generación la que después construyó las bases de la democracia alemana y contribuyó al esplendor económico del país.

Fue en 2006 cuando el escritor y ganador del Premio Nobel de Literatura en 1999, Günter Grass, destapó la caja de pandora. En un pasaje de su novela autobiográfica Pelando la cebolla, el autor confesó su paso voluntario, a los 17 años, por la temida Wa-ffen-SS, la sección armada del grupo para-militar nazi.

El tema entonces saltó a la palestra y el debate no se hizo esperar entre los que condenaron los años de silencio y ocultamien-to y pusieron en entredicho la calidad moral de una de las plumas más reconocidas de los últimos años, y entre quienes pidieron indulgencia y comprensión no sólo para Grass, sino para toda una generación que compartió las mismas circunstancias históricas: crecer en medio del nazismo.

En su libro El ayudante antiaéreo. Una generación rota, el historiador Malte Herwig señala que, al término de la guerra, las potencias vencedoras decretaron una amnistía para los jóvenes alemanes nacidos a partir de 1919 que participaron en la guerra. "Pero con los años, la amnistía fue seguida por la amnesia. Y los errores juveniles fueron perdonados y olvidados", apunta Herwig.

Además de Grass, el también politólo-go menciona en su texto nombres que después se volvieron importantes por contribuir destacadamente en la construcción de...

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